viernes, 30 de octubre de 2009



¿Te sorprendes?

Quizá ya no querías imaginar "novedades" poco satisfactorias... Y te topas con alguna de esas vallas que, como en las carreras de obstáculos, te ves obligado a saltar. ¡Bendito sea Dios! ¿Podrás suprimir esos pasos antipáticos, que aparecen sin aviso o porque los "comentarios" y murmuraciones los descubren?
Es hora de valor y de firmeza. Eso, que te parece así, tan desagradable, no existe. Tú mismo le das una entidad y una presencia de la cual, evidentemente, carece. No des comida a las máscaras escuálidas. Resiste en tu andar con coraje y nada más. Esos perfiles que temes se desdibujan una y otra vez, van y vienen, en un mundo perdido y sin luz, en un mundo de sombras, a las que no estarás nunca sometido.
"María eligió la mejor parte QUE NO LE SERÁ QUITADA"
Permanece en silencio y en paz y no temas la eventual lucha, que pudieran provocar esas sorpresas. No temió Antonio en el Desierto.
"Que toda la vida es sueño / y los sueños sueños son." "Que toda la vida (ésta) es Desierto y los desiertos, desiertos son."

Alberto E. Justo

miércoles, 28 de octubre de 2009


domingo, 25 de octubre de 2009

¿Por qué te despides?

No, no te apresures a despedirte de los pasos de Dios, de la "Historia de Dios en tu vida". Cada acontecimiento es una noticia de su Presencia, y en cada acontecimiento has descubierto un rostro nuevo, insospechado, de Su Misericordia. Puede ser que no entendamos bien qué es la transformación de todo... Pero: puerta para algo mayor es siempre el instante, el presente, que deja una faz nueva, que deja una marca, un sello admirable: "Sufrir pasa, haber sufrido no pasa jamás" (Bloy y Berdiaeff).
Ten sumo respeto y delicadeza y verás cómo todo perdura en una dimensión mayor. Cómo nada se pierde en el nivel más alto. Cómo toda tu vida respira ya el aire de la Eternidad.
Alégrate pues en este presente y bendice. La compunción transforma el pecado y Dios te eleva en su misericordia.
Las montañas son pequeñas, el mar inmenso tiene fin y se acaba, la llanura termina en alguna frontera. Tu corazón, en cambio, no tiene confines...

Alberto E. Justo

viernes, 23 de octubre de 2009

¿Respetas tu libertad y la de tu hermano?

Queridos amigos la meditación acerca del misterio de la libertad es oportuna en el campo de la ascesis. ¿Soportas tu libertad y la responsabilidad que comporta? No sea que el "peso" (pondus) de la propia humanidad (por decirlo así) nos abrume...
El "desasimiento" está en relación estrecha con la libertad. Si te liberas de esto o de aquello favoreces, sin duda, la limpidez y transparencia de tu camino. No importa que la comprensión ambiental no sea todo lo satisfactoria que deseábamos. La realidad es una y no puede destruirse por capricho de nadie. De modo que..."levántate y anda." Sin permitir que los riesgos te detengan...
Pero respeta también el misterio y la presencia, y el "palpitar" de tus hermanos. Cuando el hombre confía en Dios de verdad, esa confianza vuelve y se derrama en su entorno... Entonces aprende a bendecir, a alegrarse por el bien de otros. Esta perspectiva, que es la de las virtudes morales, no puede ser descuidada, ni sufre interpretaciones estrechas a pesar de los pretextos que tanto abundan para justificar estructuras o instancias de poder. Generosidad y magnanimidad son caminos de ascesis y de vida.
Confiemos, cada vez más, en Aquél que es nuestra Vida y seamos capaces de gozar con el bien propio y ajeno, en el nunca abandonado camino del corazón y de la profundidad.

Alberto E. Justo

jueves, 22 de octubre de 2009

Pequeño campo ascético del caminante

No permitas que las "informaciones" hagan de tu peregrinación un "ir y venir" sin sentido. No preguntes demasiado ni consultes con exceso. Tal vez cuando preguntamos demasiado, las respuestas tan diversas, acaben por provocar el descarrilamiento que se quería evitar. La "seguridad" nunca es completa ni puede buscarse por sí misma, vale la pena correr un sano riesgo cuando nos ejercitamos, con buena voluntad, en discernir. No, no hallaremos esas respuestas satisfactorias que nos hagan "respirar" satisfechos en los ámbitos menores o en los pasos más exteriores...
Tampoco faltemos el respeto formulando consejos "arrolladores". No nos disfracemos de sabihondos capaces de opinar de cualquier cosa. ¡Tantas veces es preferible callar o recibir con afecto del corazón a quien quizá nos interrogue sobre lo que no sabremos decir... ¡Cuánto importa la delicadeza y la dulzura en estos casos y siempre! ¿No leíamos estos conceptos en los escritos de Dom Porion? Más atrás, en las entradas antiguas, hallarás algo de ello y el principio, siempre actual, de esa "mansedumbre" que tanto se echa hoy de menos.
No olvidamos que el peregrino es un luchador que atraviesa el "caos". Que no halla compensación en estos caminos... Pero la síntesis entre esta firmeza de corazón y la mansedumbre es un objetivo digno de obtener y de alcanzar.

Alberto E. Justo

viernes, 16 de octubre de 2009

Hermoso valle

¡Hermoso valle escondido! Allá se recorta, solemne, el perfil de una montaña cibierta de nieve. Aquí, muy cerca, una pequeña laguna reposa entre las sierras arboladas... La brisa dibuja sus juegos en el agua y las orillas, vestidas de flores y plantas, muy verdes y de todos colores, nos dicen lo que las palabras no suelen expresar. Y recordamos aquello de San Bernardo: "en las selvas hallarás más que en los libros, los troncos y las piedras te dirán lo que no has oído de los maestros."
Confía en la delicadeza de ese paisaje que descubre y reconoce el corazón en su ámbito. Goza con el cantar de las aves y con el murmullo del bosque. Todo eso no está fuera, lo llevas tú... Solo se requiere humildad y sencillez para percibirlo. Todo eso nos dice, una y otra vez, que todavía hay cosas mayores... Maiora videbitis...
¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Ni cómo, ni cuándo, ni dónde... Sumérgete en el silencio, que Dios regala, y reposa, sin apresuramientos, en lo que supera cualquier calificación...

lunes, 12 de octubre de 2009

El Misterio

Queridos amigos, el acceso es simple y directo. Quizá las mayor dificultad consista en esta simplicidad que ahora señalamos. Quizá por eso tantos se extravían en consideraciones sin fin, alejándose o pasando de largo sin advertirlo.
Acoger a Quien llega. Sin más. No son necesarias las vaciliaciones. Sólo es preciso liberarse de cuanto se opone en un camino claro y diáfano...
Un Cartujo insistía: "Los textos sobran, lo que dicen los libros es lo que pronuncia Dios en el corazón."
¿Qué se compara a ese gran maestro que es el silencio?

A. E. Justo

sábado, 10 de octubre de 2009

¿Más arriba?

Contemplemos en silencio ese árbol, ese roble maravilloso que está delante, en nuestro camino. El día es radiante, pleno de luz, de sol. Y el cielo, azul intenso, nos convida, nos seduce y atrae nuestra mirada... Robles, araucarias, algunos pinos se levantan hacia el cielo y lo señalan con vigor, siempre en silencio.
Pero esas ramas, esas hojas, no tocan el cielo. Apenas llegan a una altura que alegra nuestros sentidos. ¿Por qué las ramas no alcanzan el cielo? Es curioso que nos detengamos a observar y a meditar acerca de ello. Y seguimos interrogándonos: -¿por qué no llegan al cielo?
La respuesta surge inmediata: -son las RAÍCES las que ya están en el cielo. Esta es la paradoja que tanto nos enseña en nuestra vida. Este es el secreto que cada uno lleva y que no se resuelve con textos, repeticiones, ni "distracciones",y, desde luego, ni "reuniones"... Como la fuente y el origen virginal se alcanzan en el corazón, en la hondura, en el silencio primero... No en la especulación vana ni en consideraciones infinitas, no girando como satélites locos alrededor de esferas de cartón o de papel...
En el Principio...
Quien quiere entender, que entienda...

Alberto E. Justo

jueves, 8 de octubre de 2009

No es imagen simplemente, es real

¡¡Dios está aquí!! Es la oración que ahora nos invita a abrir nuestro corazón...
A pesar de todo y de lo que fuere...

¿Cómo es?

Esta pregunta puede sorprender. ¿Cómo es la "ermita del corazón"? Sin embargo nunca será ocioso ni suficiente volver al misterio de la intimidad profunda y recuperar las figuras más adecuadas para expresar "algo" de lo inefable. Es claro que todo comienza cuando nos atrevemos a "descender"... No es simplemente una alegoría, es lo más posible y real ante cualquier acontecimiento de nuestra vida. Fijémonos bien: dibújase en nuestro horizonte algún tropiezo, alguna duda tal vez, o un dolor del género que sea. ¿Dónde nos hallamos en verdad entonces? ¿Cuál es "nuestra" realidad en los momentos de confusión, de sufrimiento o de angustia? Los santos saben que nunca Dios está tan cerca como en tales ocasiones... Quiere decir que a raíz del motivo que sea podemos "penetrar" más agudamente en nuestro interior.
Y no está mal "imaginalmente" VER esa dimensión en un desierto, en una gruta, tal vez en un templo, o en todo un paisaje que, efectivemante, se abre en nuestro interior. O percibir todo el cielo en el alma. ¡Cómo no! Y regocijarnos en esa soledad nueva que no tiene necesidad de viajes o de cambios inquietantes o fuera de lugar...
La "Noche" es la gran ocasión de la Luz... Eso es lo que hemos de considerar y, a partir de ello, introducirnos más en el ámbito de nuestra intocable e inefable soledad, siempre abierta a Dios, cuando nos "separamos" de todo lo que no es...

Alberto E. Justo

Permanece firme, según tu conciencia

Así es, mis queridos amigos, la hora es muy singular y -añadiría- curiosa. ¿Cómo apartarse de los ámbitos viciados, donde la "exterioridad" asfixiante atropella hasta la buena salud de los viandantes? Es fundamental LIBERARSE de los "lugares comunes", que son los enemigos de la cultura y de la vida... Hay quienes invocan mil reparos y se sumergen en diferentes prejuicios para detener el camino espiritual de los inocentes, ahogándolos en las redes de un pasado que ya no vuelve o en las ilusiones de un futuro que no llegará jamás. El atropello contra el silencio y contra ciertos derechos fundamentales de cada persona ensombrece esta hora, es verdad; y en distintas situaciones y lugares se aplican presiones y sutiles maneras para someter a la mediocridad y a las estructuras carentes de espíritu.
Pues bien, si esto es así: es urgente RESISTIR el embate de tales olas y no permitirles que nos cubran. El hombre puede y ¡tantas veces! DEBE decir que no. Porque hay muchos que no pueden o no se animan y, como decía San Máximo el Confesor, es por ellos, por esos inocentes, por quienes no hemos de callar. Es por quienes no pueden hablar por los que hablamos... O por los que están atados por lazos o por cadenas que no aciertan a romper.
Hay un valor muy grande en la negativa y en la resistencia...
Que estas pobres palabras sirvan para animar a los que -como decía Solzhenitsyn- tienen derecho a "no enterarse", a salir de las afixia y de las humaredas que se despliegan en tantos lugares donde no existe la piedad o el perdón...
Fuerza y ánimo. El Señor no se dignó a dialogar con Herodes. Y personajes de ese género (del de Herodes) abundan en todas partes y se visten con los más diversos colores. Aunque invoquen no sé qué privilegios o "mandos", la conciencia sigue siendo siempre el supremo tribunal.

Alberto E. Justo

martes, 6 de octubre de 2009

No te conformes con esto o con aquello

¿Ya sabemos cuál es nuestro camino? No lo creo... Porque siempre descubrimos, con nuestros mismos pasos, una lección que nos abre más en la profundidad. Quizá aguardamos un momento en el cual podamos reconocernos, por fin, arribados... Ya no habrá más qué hacer... Pero esto no ocurrirá porque en el Amor de Dios siempre podemos crecer más en esta vida. No nos interesan esas "metas" apresuradas que, una vez alcanzadas, nos dejan satisfechos y nada más. La Vida, que es Don, rompe esos diques complacientes (si es que llegan alguna vez) y nos vuelve a poner en camino. El desierto del peregrino, en efecto, conduce a un fin, pero no a una inmanencia chata y horizontal, sino mucho más allá, adonde "ni ojo vio, ni pído oyó lo que Dios tiene preparado a lo que le aman."
Renovada confianza en un descubrimiento mayor, que es rebelde a las "medidas" y a los "modos" y que tiende decididamente a la promesa del Señor: "hoy estarás conmigo en el Paraíso."

Alberto E. Justo

viernes, 2 de octubre de 2009

A pesar de los tiempos y de los lugares

A pesar de los tiempos... Sí, en efecto, las horas que corren dan la impresión de pretender no sé cuáles "imposiciones" que limiten los pasos de nuestra peregrinación o los dirijan en determinados sentidos y... nada más. Sin embargo el desafío de nuestros días es precisamente lo contrario: seguir nuestro derrotero con esas "perturbaciones", a pesar de ellas, descubriendo nosotros mismos la obra de la Gracia divina y la historia verdadera y profunda que se escribe en el silencio de la vida y del corazón. Es hora, sí, de valor y de perseverancia. No vale lo que simplemente ocurre alrededor y de lo cual no advertimos un sentido más profundo... Es hora, pues, de arrebatar las jornadas y transformarlas en lo que realmente son: ocasión siempre de Dios y estímulo para una vida contemplativa más empeñada. Sí, ésta es la paradoja. Enciéndase, pues, nuestra oración y reine un silencio nuevo, que brota -sin duda- del mismo Corazón del Señor.
Descubrir el camino más hondo... Y -ante todo- vivir en la misma Presencia de Dios.

Alberto E. Justo

jueves, 1 de octubre de 2009

sin medios y sin por-qué

Quizá sea urgente no juzgar ciertas demoras según nuestros relojes. Quizá no acabamos de leer más allá de lo que parece inmediato y, en realidad, no lo es. La Divina Providencia todo lo dispone "suavemente" y, desde luego, con el vigor que le es propio, según la delicadeza de Dios. Dejemos, pues, este tiempo que nos agobia y pasemos a ese "otro", que no es según las medidas a las que estamos acostumbrados, sino que se descubre, paso a paso, en la virtud y en la confianza.
¡Cuanto nos falta la confianza! Y, de hecho, sin ella, no logramos salir del laberinto cotidiano que parece ahogarnos...
Sí, es verdad, hay una vida más profunda. Sí, es verdad, aún podemos confiar, entregándonos sin reparo, aunque nos cueste y lo hagamos mal. ¿Qué más da? La cuestión es llegar, aunque tropecemos o andemos un tanto cojos... Pero, DIRECTO. Tal vez "sin medios" y "sin por-qué". "Deja tu cuidado". Descubre el verdadero latido de tu vida en esa intimidad profunda que, a veces -¡tantas veces!- poetas, artistas, espirituales, contemplativos en suma, encuentran donde menos se sospecha. Podrán dibujarse innumerables "muecas", pero la vida, esa vida, la verdadera, late en verdad. Como peregrinos nocturnos, testigos siempre del Señor Jesús, vayamos adelante en esta "noche, más amable que la alborada". Porque el Misterio es amable y siempre seductor. Vive en el fondo del corazón... Amén

Frater Albertus Henricus Justus, O.P.