viernes, 30 de diciembre de 2016

Deseo de Dios

Que brota del corazón... Lo recibimos y se hace raíz profunda... Sólo Dios...
Un periodista preguntaba una vez a un estudiosa francesa qué cosa le había atraído de la Edad Media, por qué había dedicado su vida al estudio de la historia y de la cultura medievales... Ella respondió con sencillez que la vida monástica constituía el motivo fundamental, porque descubrió que algunos monjes no deseaban más que a Dios. En efecto, Dios les bastaba... Y esto le pareció extraordinario...
Este icono perdura y perdurará siempre...

Alberto E. Justo


miércoles, 28 de diciembre de 2016

En el silencio de la Aurora

Amanecer en la realidad más profunda, sin decorados inútiles, sin figuras, sin condicionamientos... El Señor llama y nosotros, aún débiles, acudimos sin saber bien dónde estamos...
Pero sabemos lo que somos en Cristo, en el Espíritu. Ascendemos al Padre con confianza, depojados de obras propias o ajenas.
La vida monástica se brinda a quienes la aman, a quienes la desean, sin otra pretensión que no sea acudir a Aquél que nos ha llamado de una vez para siempre.
Porque somos aquello que amamos en verdad. Quizá nadie lo vea, quizá nadie sepa nunca en esta tierra la hondura de un silencio y de una vida que aspira incesantemente al Corazón de Dios.
Cuando todo se pierde (según el mundo) amanece la luz de una aurora que no conoce ocaso.

Alberto E. Justo


martes, 27 de diciembre de 2016

caerán los bastiones

Más allá de las murallas que nos circundan, más allá de razones y de ilusiones, más allá de lo que parece, sí: mucho más allá está nuestro hogar real.
No son los sonidos ni los temores que nos circundan, no son las sombras que viajan, ni los agüeros que se formulan... No, nuestra casa, nuestra morada está más allá y no se distingue con los sentidos ni las luminarias materiales.
¡Vives y vivimos el silencio que no se reduce a ninguna "cosa", que no queda atrapado en las prisiones de la falsedad! Porque lo que así no más se ve es por lo general falso, porque es mentira lo que se hace y lo que se pretende...
¿Dónde nos hallamos y quiénes somos? No, desde luego, los fantasmas de estas horas. Ya no habitamos en verdad donde se sospecha, porque nuestra vida "ya está en el cielo." Conversatio nostra in coelis est...
Vayamos donde vayamos, nos lleven donde nos lleven, habitamos un trozo de cielo, que es nuestra morada. Ya no somos de aquí (ni de allá), porque Aquél que nos ama ha venido a esta pequeña morada, donde nacimos y donde en verdad somos.
Repito: estemos donde estemos: no estamos donde nos ven sino donde sólo Dios nos ve, donde nadie puede descubrirnos, donde vivimos escondidos con Cristo en Dios.

Alberto E. Justo


lunes, 26 de diciembre de 2016

silenciosa salmodia

que se perpetúa en el corazón. Oración constante según el latido y el respiro, según la vida. ¿Hay tanto que pedir? Sí, sin duda, pero no limitemos plegaria alguna, porque lo que el Señor nos da es más que todo lo que podamos soñar.

Alberto E. Justo



sábado, 24 de diciembre de 2016

¿quién responde? ¿hay alguien que responda?

Hay horas de soledad y de abandono que no acertamos a explicar... Quizá busquemos cómodas maneras de decir lo imposible.Estos instantes se suceden en los días de la incertidumbre y de la pena...
Pero los pastores cuidaban sus rebaños en medio de la noche. ¿Qué quiere decir "en medio de la noche"?
¡Tantas veces apelamos a la "noche"! A esa noche y a su incertidumbre... Y -a veces- los ángeles no llegan... O no llegan a tiempo... ¿Puede ser así? ¿O cometemos un serio pecado poniendo en duda la celeridad de nuestros amados ángeles?
El "desgarro" aumenta y el dolor también. Pero no acertamos a verlo todo, a descubrir todo y más que todo, en la Madre que tiene a su Hijo recién nacido. ¡Sencillísima y fecunda respuesta! La misma Noche Buena es la respuesta cuando acontece en nuestro corazón.
¡Hombre de poca Fe! ¿Porqué dudas? El Niño puede más que toda la Historia, que toda "tu" historia... ¡Por favor, no temas! ¡Anímate y eleva y repite tu plegaria! ¿Dudas de Dios?
Allí, en la lejanía más cercana, en lo que parece más lejano está lo inmediato, tu Madre te vuelve a decir, como a San Juan Diego, "¿Acaso no soy tu Madre?" Sí -responde ahora tú mismo- "he aquí a tu hijo..."

Alberto E. Justo




viernes, 23 de diciembre de 2016

Monje, por la gracia de Dios

Guarda en tu memoria y en tu secreto esas aspiraciones que de Dios vienen y a Él tornan. Descubre tu monasterio en las entretelas de tu corazón y no te apresures a "parecer". Más bien, al contrario, procura "ser" en verdad. Construye tu claustro en silencio y que los nuevos muros que levantas te escondan de curiosos y parlanchines.
Sorpréndase el mundo de esas "ausencias" indeseadas, de los que están ocultos y siguieron libremente el camino... 
Los cronistas, luego, buscarán motivos y requerimientos humanos para explicar y explicarse lo que no entienden.
¡Recógete en la Palabra de Dios! Eleva esos muros y cierra aquellas puertas... Abre estas otras, claro, que no despiertan ni envidia ni recelo.
Permanece en el Corazón...

Alberto E. Justo


jueves, 22 de diciembre de 2016

Mundo y Desierto

El mundo no se "deja" contra el mundo, o por fracaso o desilusión del mundo, sino por una opción más alta...
Tantas veces nos confundimos con todo ello... El Amor de Dios todo lo supera y no lo perderemos jamás...
-"Señor, ¿a quién iremos? Tu tienes palabras de vida eterna..."

Alberto E. Justo


sufrimiento y gozo

¿Quiere Dios, acaso, que el hombre sufra o padezca esto o aquello? La Voluntad de Dios es la "libertad"creada del hombre. El sufrimiento que pueda padecerse (¡a veces tan terrible!) es, sin embargo, consecuencia de las acciones humanas...
¿Cómo Dios obtiene tanto bien del dolor? Pareciera que esta "negatividad", nunca querida por sí misma, trae celada en su misterio una inaudita "potencia" de transformación.
Por eso el brillo de las cosas tiene su ámbito y su lugar, tal vez, donde no se lo sospecha.
Cuando percibas una amenaza ten en cuenta dos cosas: la primera consiste en que las amenazas carecen de realidad; la segunda, que Dios transforma todo en bien cuando lo dejas obrar...

Alberto E. Justo


miércoles, 21 de diciembre de 2016

Nadie tiene poder verdadero...

¿Alguien ha osado apartarte de tu camino? ¿Quienquiera que sea turba tus horas con desilusiones necias? Las sendas son, a veces, muy duras, pero el Señor te lleva y va contigo.
No te detengas a considerar esto o aquello. Sigue simplemente y sumérgete en el Amor de Dios. Es tu tesoro, es tu vida. No importa lo que se dice por ahí o por aquí. Repite en tu oración cotidiana como saludable meditación: "al vencedor le daré el maná escondido y un Nombre nuevo, que sólo conoce el que lo recibe..."

Alberto E. Justo


¿Qué hay del otro lado?

Esto que ahora descubres es más grande de cuanto puedas suponer. La hora es difícil y las pruebas no son pocas... Pero eso que aparece en un horizonte nublado no es.
No te detengas en la materia circundante. Es posible que quieran convencerte de que todo lo hallarás en ella. Pero en ella no hay nada. Si sufres una herida ¡deja que sane! y no alimentes figuras ni imágenes; deja que se consuma lo que está destinado a consumirse.
El Señor te espera. Vas de camino y Él ya está en tu corazón.
Tu corazón es un abismo. Ni tu ni nadie lo puede abarcar. A Dios pertenece y Dios viene a él.
El "otro lado" es la luz que no se apaga. Es la aurora, es el nacimiento verdadero...

Alberto E. Justo


martes, 20 de diciembre de 2016

Cuando Dios llama...

Cuando Dios llama poco sabemos de "detalles". Sólo -¡y nada menos!- hemos conocido que Él nos llama... Este "llamado", esta vocación, es inefable. Continúa, como la Aurora, encendiéndose cada vez más. Pero es muy posible descubrir en el claroscuro de todo lo grande. Tengamos, ahora y siempre, gran confianza, que "ni ojo vio, ni oído oyó, lo que Dios tiene preparado para los que lo aman."

Alberto E. Justo


Despojo y plenitud

Si te han quitado los títulos y prebendas deja en el camino, sin temor alguno, lo que hoy, tal vez, parece perdido. Los fantasmas se devoran unos a otros y las vanas ilusiones también. Nada perderás si presente siempre tienes tu mayor tesoro, que ya está en ti contigo...
¿No tienes acaso el Nombre del Señor? ¿No sabes que YA es tuyo?
¿Has olvidado que llevas, con el maná escondido, el Nombre Nuevo que sólo conoce el que lo recibe?
¡Alégrate con María Santísima que es tu Madre! No la perderás nunca, porque nada ni nadie puede apartarte del Amor de Dios...
Confianza y Paz.

Alberto E. Justo


lunes, 19 de diciembre de 2016

aunque sospeches otra cosa

Lo mejor está donde no aparece... El "enemigo" nos ataca sugiriendo estadios o lugares que multiplican la confusión de estas "edades" que pasan...
Ve al Ser, apártate de los fantasmas, de las ilusiones y de lo que no es. Permanece en el secreto de Dios... Permanece en tu morada. Eres más fuerte de lo que supones, eres fuerte en Aquél que, incesantemente, viene a nosotros y no se aparta de nosotros. Ten confianza y no temas.

Alberto E. Justo


sábado, 17 de diciembre de 2016

"Yo Soy el Camino y la Verdad y la Vida"

Es en esta hora, en nuestro presente escondido en el Misterio, cuando -una vez más- descubrimos la senda que nunca abandonamos... Porque ilumínase, más alto, el sentido de nuestra peregrinación...
"No temas", nos repite el Señor, "tú estás más alto y más seguro de cuanto imaginas."
El viaje, nuestro viaje, no acaba ni sigue de esta o de aquella manera; recibimos el soplo (nuestro respiro) más alto que todas las "determinaciones" o condiciones imaginadas...
No quisiéramos quedar anclados u olvidados en parajes resecos, donde no se deslizan los arroyos, ni vuelan las aves, ni llega la brisa... 
¿Hemos olvidado dónde está la fecundidad y el centro de la Única Realidad, que es nuestra Morada?
¡Ven Señor Jesús!

Alberto E. Justo


martes, 13 de diciembre de 2016

el pesebre del corazón

Esperamos este Nacimiento con alegría, a pesar de las constantes "desilusiones" de una hora difícil.
Pero ¿qué puede compararse al nacimiento del Niño más allá y más hondo que cualquier condición? No sé qué pueda decirse de este pesebre, anunciado por el Amor de Dios y por sus ángeles.
Este pequeño jardín -¡parece tan pequeño!- esta "gruta" en el centro de nuestra vida (es vida nuestra desde luego), este "soplo" que nos anima y nos transfigura, es ahora sólo una alusión a la mayor realidad, a la venida del Señor, a su Nacimiento, en nuestro corazón.
Florece el desierto más alto que cualquier figura. Ahora mismo enciéndase nuestra confianza en Quien es nuestra vida, nuestra salud y todo nuestro bien.

Alberto E. Justo


viernes, 9 de diciembre de 2016

¿Qué quieres hacer de ti?

Pregunta un tanto insólita... Pero nos ubica nuevamente en el camino esencial... Algunos tendrán por seguro que podrían haber cumplido con otras tareas en la vida presente... ¿Por qué no? Las posibilidades son infinitas...
Y yo me apresuro a decir y a recordar que todo, todo (lo hecho o lo no hecho), se puede realizar en el Amor y que en la medida en que "algo" es deseado al punto queda cumplido.
Una vez más: la vocación monástica se vuelve nuestra en el deseo, cuando hemos descubierto el camino escondido en el Corazón de Cristo-Jesús.
No hemos de olvidar la sencillez e inmediatez del llamado de Dios: siempre más allá y más alto que todas las "determinaciones" o "condicionamientos" del lugar y de la hora.

Alberto E. Justo


martes, 6 de diciembre de 2016

El "arte" del camino

Todos los días podemos dar con una apertura maravillosa. Es la aurora en nuestro interior... No hay mejor lugar que la sencillez de este horizonte espiritual que se nos descubre a cada momento.
Vamos de camino y descubrimos perspectivas que no podíamos imaginar antes...
Es preciso huir de la duda y de los temores que acechan nuestro andar. Y confiar en Aquél que es nuestra vida, nuestro gozo y, también, nuestro secreto.
¿Sospechábamos, acaso, que Dios mismo es nuestro "secreto"?

Alberto E. Justo


sábado, 3 de diciembre de 2016

la confianza y la paz

Confiar totalmente en el Señor es el acto y el hábito que se presenta a nuestra consideración... Me atrevo a decir que se trata de algo más que un hábito, que es un latir de vida que brota de la gracia. En los mejores momentos, en los peores, en la enfermedad, en la perplejidad, en las horas de confusión, en las noches más oscuras. Esto es: siempre: como un respiro. En suma, es propiamente respirar y respirar hondo.
El Señor se complace en nuestra confianza, en el abandono que comporta dejar que Él obre en nosotros... A una monja Clarisa le decía Jesús: -"déjame ayudarte". Esto es: déjame que te de todo lo que necesitas ¡y lo que deseas!
Por ello, no temas. Alégrate en el Señor con María. Lo que hoy te abruma, en la plegaria será luz y paz mañana. No dejes de orar. La vida vale lo que vale la oración...
Si ahora mismo el desconsuelo y la incertidumbre te invaden, si no sabes qué hacer, si temes el desamparo, ve DIRECTAMENTE a Dios y obtendrás más de lo que esperas.
Y recuerda: la contemplación "sin medios" es posible en esta vida... Y si Dios te ha llamado ya estás habitando con Él y en Él...

Alberto E. Justo

No lo aguardábamos así...

¡Rotura de ilusiones! Y, sin embargo, nuestra vida continúa por su cauce, un cauce que no logramos ver en totalidad... ¿Es necesario ver demasiado?
Cuando las "estructuras" aprietan donde las juzgamos superfluas e inútiles, sabemos que es preferible "dormir la siesta". Hay dolores que no se curan con indiferencia o con "sanaciones" apresuradas. Sólo se nos invita a hallar un sentido más elevado, un sentido en verdad liberador, en el andar cotidiano y en cualquier ocasión...
Esto que hoy sufrimos es una escala que nos lleva muy alto. Pero no a cualquiera, sino a los que lo padecemos. No todas las víctimas son iguales.
Pero todas las horas tienen su amanecer y su ocaso. Y las horas son diferentes y nosotros también. Quiero decir que algunas "duelen" más que otras; pero si duelen: por algo es. Porque hay una participación misteriosa, que es vocación muy subida, que nos cuesta descubrir.
El martirio supone, hoy por hoy, no saber muy bien por lo que se muere. El núcleo de luz de cada paso está escondido, pero refulge en el secreto admirable e inefable del llamado de Dios.
¡Adelante, pues, y confianza en el Espíritu!

Alberto E. Justo


jueves, 1 de diciembre de 2016

¿Más cerca o más lejos?

Cuanto más nos acercamos a la muerte (a nuestra muerte) más late en el corazón la promesa de resurrección y de vida... En efecto, los dolores o sinsabores o pruebas del camino se multiplican a veces, pero en cada fragmento de nuestra participación en la Cruz del Señor resuena la promesa inefable: "hoy estarás conmigo en el Paraíso".
Es posible que un cierto temor nos cause amargura y nos detenga en al camino, pero ha de quedar callado si recordamos nuestro paso con Jesús. El Espíritu del Señor nos lleva desde dentro del corazón, más allá, más alto y más profundo de cuanto podamos soñar...
¡Ánimo pues en la horas oscuras! El camino cada vez es más breve, y el regalo de Dios cada vez es más grande... No lo vemos ni lo sospechamos, pero es verdad...

Alberto E. Justo