lunes, 23 de septiembre de 2013

¿espiritualidad?

Esta palabra es usada hoy por hoy en los más diversos sentidos. Hasta hay un abuso de ella. Será conveniente trazar alguna frontera para acertar lo que intentamos...
Si "espiritualidad" comporta una suerte de estilo de vida, propio, tal vez, de alguna institución o de un "movimiento" o de cosas similares, debemos afirmar que no se trata precisamente de "espiritualidad de la vida cristiana" en el sentido en que hemos de entenderla con cierta propiedad.
Nos referimos aquí a la vida "mística" cuyo carácter esencial es la unión con Dios y la experiencia directa de Su presencia. Y en esto hemos de afirmar sin duda que sólo hay UNA. Que no depende de instituciones ni de sectores, porque lo más alto no puede quedar determinado por instancias inferiores...
Los fundadores de Órdenes religiosas, por ejemplo, -nos decía el Cardenal Spidlik- no han sido "ideólogos" sino "padres", y un padre sabe muy bien que puede tener un hijo diferente... En efecto, cerrar filas en un "modo" determinado de vida más se aproxima a la "ideología" que a la "paternidad" espiritual. Ésta es lugar de libertad y de universalidad. Hay aquí una distancia análoga a la que existe entre el "hermano" y el "conciudadano"...
Cuando hablamos de contemplación y de vida contemplativa no nos referimos a parcializaciones, ni siquiera a determinadas trayectorias históricas, sino a la vocación profunda y esencial que descubre todo aquél que es conquistado por el misterio y la hondura del Ser y de la interioridad.
Es una vocación, en suma: un llamado a vivir en el Secreto del Padre, y esto no tiene "después". No se da "para"... Digamos en el silencio  de una plegaria: "conversatio nostra in coelis est."

Alberto E. Justo