viernes, 22 de enero de 2010

El peregrino es luchador...

El peregrino no ha de dudar, ni vacilar. La condición de "combatiente" es propia de todos y de cada uno... El solitario es, también, un luchador. Y no de los menores. La vida de Antonio Magno es una prueba elocuente.
Es "milicia la vida del hombre sobre la tierra." No olvidemos jamás nuestra vocación, ni dejemos que ningún descorazonamiento logre abatirnos. De Santo Domingo se cuenta que se alegraba en las dificultades: sabía hasta qué punto todas ellas son ocasión de Dios.
Pero es necesario tener valor y fortaleza y no dejarse vencer por ningún respeto humano. Sí, mil veces sí: es urgente no ceder ante el... "qué dirán", o ante las presiones y zancadillas de un mundo que nunca se satisface y que insiste en "devorar" lo que sea, con tal de poseer y de dominar.
El peregrino es libre: nadie es tan libre como él. Respete también su libertad, no se empeñe vanamente y no deje de entregarle todo al Señor, pues es Él Quien garantiza y mueve todos sus pasos.
¿"Combatiente", "caballero andante"? Desde luego, todo le corresponde a quien todo lo tiene en Dios.
Que ninguna "situación" lo sofoque. Rompa lo que debe romper y ábrase a la aurora siempre nueva, que se levanta en su corazón.

Alberto E. Justo