domingo, 13 de febrero de 2011

¿Demasiados problemas y cuestiones?

¡Arrójate al suelo o ingresa en aquella cueva hasta que "eso" pase! Pero, ¿puedo descuidar tantas cosas importantes? ¿Qué es "importante"? Importas tú... y tu secreto. ¿Temes perderlo todo? ¡Nunca perderás "todo"! Quizá se te quede algo en el camino, pero de tu corazón -si no lo quieres- no caerá nada.
No importa lo que arrancan las espinas... Déjalas con sus pretensiones... Que lo que tu llevas, ese tu secreto, vale tanto... Es que no lo puedo decir, es que no lo puedo imaginar, es que no lo sospecho...
No te detengas en lo que puede "perderse", ni temas esa desdicha que se asoma y amenaza. Confía cada vez más en el Señor. Métete en Su Corazón que es tu corazón. Redescubre, a cada instante, en Él tu vida. Contémplate sólo en Él.
Si aceptas Su Don, es esa tu morada. Recuerda las palabras del Apóstol San Juan.
En suma, no temas. Nada se pierde en definitiva. Estamos llamados a ganarlo todo. Decía Jualiana de Norwich: "Todo acabará bien."

Alberto E. Justo