viernes, 1 de julio de 2011

Sin modo...

Inmenso es el camino en tu propio corazón... ¿No lo reconoces? Es necesario, desde luego, insistir. La repetición de la misma súplica, de la misma verdad, acaba por instalarse y revela lo que no sospechábamos.
Una y otra vez: el Nombre de Dios... El Nombre que está más allá y por encima de todo nombre, de toda palabra, de toda formulación, o expresión, o lo que sea. Descubrimos un paso, una apertura... Descubrimos esa Aurora que no puede decirse de ningún modo, que no puede reducirse a ningún modo "nuestro". "La causa del Amor de Dios es Dios mismo -decía San Bernardo- el modo: amar sin modo."