Perseverando en esa "elevación", que es gracia, y que nunca deja de elevarnos, si nos ocupamos en verdad de ella. Nuestro andar, nuestra peregrinación, ya no sigue en los caminos dificultados por las sombras, en las tierras de "abajo", sino que vamos sostenidos arriba, sobre toda "temporal creatura levantados" como decía San Juan de la Cruz.
Es así, sin duda, pero es ESCONDIDO, OCULTO, SECRETO...
Estas "elevaciones" nos son objeto de publicidad, como no lo es el "Desierto interior" ni ninguna "soledad".
¿Estamos dispuestos a... callar? ¿Descubrimos ya lo sublime que no sufre manoseo alguno?
Es un desafío y es hora de meditar acerca de ello.
Víctimas de "esto" y de "aquello" nos detenemos siempre a mitad de camino. Ahondemos pues y adelante, en confianza siempre renovada en Aquél que Es nuestra vida.
Alberto E. Justo