Interesante pregunta, porque todos quisiéramos pertenecer a esto o a aquello... ¿Quién no busca sus "banderas" o muestra diplomas o esgrime "dependencias"? Y es cierto que en un nivel esto es propio y nos sabemos miembros de esto o de aquello.
Pero aquí intentamos señalar el horizonte más profundo (y también más real) que atañe al "secreto" que el alma tiene con Dios y que no puede traducirse en clasificaciones de ninguna especie.
¿Hemos hecho alguna vez la prueba de dejarnos "mirar" por un icono santo? Lo primero, lo más real, es esta "mirada" de Dios en nuestro corazón. Y es más de lo que pueda decirse o imaginarse porque, precisamente, "brotamos" de esa inefable Mirada...
Y esto es lo primero y lo que constituye fundamentalmente nuestra oración: digámoslo por ahora solamente así: -Alguien nos ve. Y nuestra vida está en esa misma fuente.
Y queda claro para nosotros que es mirada de Amor Infinito, no como lo suponemos. No hay allí distinciones. Hay una Presencia que hace nuestra vida.
Gocemos en Ella... El camino sólo puede brotar y constituirse en esa intimidad sin nombre. Pero que, precisamente, porque no tiene nombre es la más real y verdadera.
Alberto E. Justo