viernes, 31 de mayo de 2013

Camino directo: modo de vida

El “camino directo” es un gran hallazgo en la vida nuestra, en nuestra peregrinación. Porque hay tantos detenimientos e ilusiones que corremos el riesgo de quedar atrapados en cualquier esquina, tal vez suponiendo que por allí va la senda “segura”. Pero no es así.
El “camino directo” comporta un respiro que no acaba, como nos acontece cada día cuando no podemos suprimir el aire que penetra en nuestros pulmones y actualiza, a cada instante, nuestro vivir (por decirlo así).
La “vida verdadera” está “por encima” y más alta que todas las ilusiones y que todos los intermediarios que tanto dificultan nuestro andar...
Si quieres acertar ve directamente aunque la soledad te atemorice un poco. Y es que no importan esas pequeñas vacilaciones de nuestra “debilidad”. Ellas, en cambio, nos enriquecen y nos estimulan a ese “paso más allá”, a la trascendencia, que es la verdadera liberación.
Ve, pues, directamente a Dios, con total confianza, más allá de esas “condiciones” o “dudas” que suenan por ahí.
Que nuestra plegaria no sea mezquina. Nada más...

Alberto E. Justo