domingo, 16 de noviembre de 2014

¿Dónde está la respuesta?

Repetimos una pregunta, ésta pregunta... Pretendimos una solución definitiva, que nos procurara esa "paz" difícil de alcanzar. Lo que observamos, lo que nos rodea, es (así lo juzgamos) inadmisible, inaceptable. Una suerte de indignación invade hoy a quienes aguardan al menos el "ejercicio" del "sentido común" en los sucesos cotidianos... Lo que se aguarda no sólo no llega: aparecen cosas peores que nos asaltan y mortifican.
El mundo, el demonio y la carne se dejan adivinar potentes a cada paso... ¿Entonces?
El camino de la salvación y de la sabiduría, el camino de la "elevación", de la deificación, adonde estamos permanentemente llamados, pasa por Getsemaní y por el Calvario... Cada vez que lo inaceptable, lo inadmisible, presenta sus "perfiles" en nuestras horas, cada vez que no vemos ni solución ni respuesta, levántase el velo del secreto incomparable, indecible, con la invitación a VELAR con ÉL al menos una hora... Así, inmediatamente, nuestra plegaria obtiene la RESPUESTA, le única que todo lo sobrepasa, "HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO".
Sí, a pesar de todo, a pesar de nuestra debilidad y del pecado, a pesar de lo que sea, a pesar de no haber logrado edificar, en esta ciénaga en que vivimos, ese claustro de piedra de nuestros sueños, después de todo ya débil sospecha del Paraíso que se nos dará en sobreabundancia en el "tiempo de Dios".

Alberto E. Justo