martes, 5 de julio de 2016

camino monástico, camino del silencio

La Voz que nos llama resuena en dimensiones cada vez más elevadas..., pero nunca más lejanas. Por el contrario, la invitación es siempre más íntima y más profunda, más honda, como no lo podemos sospechar.
El camino de la soledad y del silencio no puede quedar encerrado en ninguna estructura, ni limitarse... El camino es de "confianza" y fecundo abandono y no se pierde jamás.
El hombre, el peregrino, quisiera muchas veces destacarse o hacerse valer en definiciones o estadios a fin de obtener distintos grados o relieves. Pero el "desierto" de de otra índole y por el desierto nos lleva Dios.
Sí, en efecto, una vocación que parece lejana y es la más cercana e inmediata. Ahora la "fuga" es un encuentro que todo lo trasciende y todo supera.

Alberto E. Justo