viernes, 8 de abril de 2011
El mensaje de siempre
"No temas." Es lo mismo que decir ahora: no pierdas tu ritmo y tu camino. Si pretendes mucho, obtienes poco, si lamentas las ausencias se vuelven éstas más lejanas... Valora lo que siempre está en tu corazón, porque ese es el perpetuo respirar de tu vida, donde nada se pierde porque todo y mil veces todo se halla en el Corazón de Dios. No vaciles, ni dudes. Es cierto que las circunstancias exteriores pueden parecer abrumadoras y dañar los mejores entusiasmos. Es cierto. Sin embargo los caminos exteriores no tienen la importancia que les atribuimos. Afirmamos lo que sigue: las equivocaciones y los errores no impiden llegar a destino. Todo lo que acontece puede servir a arribar por fin a una meta trascendente, que supera los límites de la expresión, del lenguaje, de las ilusiones, de los consensos, de lo que se dice y aún de lo que se tiene por verdadero. Si erraste ayer ¡no importa! Encamínate hoy, de nuevo, hacia las metas más altas, supera tiempos espacios y lugares... Ya te encuentras más allá. Eres libre, lo fuiste siempre, aunque tantas veces te descubrieras perplejo por la falta de comprensión de tu ambiente. ¡Recuerda! Estás más allá. Tu vocación no está determinada por lugares comunes, ni por reglamentos. Tu vocación es profunda y tu vida, muchas veces, topará con lo de fuera, pero NO ES ESO, tu vida no depende de lo de fuera. En suma, sé valiente y ten coraje. El Señor dijo a Juliana de Norwich: "Todo acabará bien". Es verdad. Respira y continúa tu camino. Alberto E. Justo