lunes, 21 de febrero de 2011

Más allá de todo ahogo

El tiempo que pasa nos revela ¡tantas cosas! ¡Cuánto de verdadero aparece sólo con los años y, sobre todo, con el padecer! El "sufrimiento" es una escuela y una escala que lleva muy alto...
Entre lo que la experiencia descubre está la necesidad de superar "nombres", "estilos" y "pertenencias." Con frecuencia nos parece depender de "pasos" del pasado o de "filiaciones" a las cuales nos sujetamos con exceso. Hay un respiro, una bendita distancia entre el sujeto y los calificativos que se le atribuyen o que él mismo se atribuye. Siempre hay algo más hondo que invita al peregrino a descender allí más.
"Distancia" que está en estrecha relación con el "desapego" o "ser-separado" del que hablan los místicos; que, en definitiva, está en relación con la libertad.
No son las instituciones las que "hacen" a los hombres, sino que son éstos los que hacen a las instituciones... Por tanto vigile el peregrino de no convertir falsamente en fin lo que es medio, y permanecer independiente siempre de partidos y colores.
Cuando una institución sólo se contempla en el espejo y queda sometida a sus propios perfiles, sin ver más allá, quiere decir que padece una enfermedad mortal.
Ancho es el horizonte y el Cielo es mayor todavía. Pitágoras decía que la vocación del hombre es contemplar el Cielo... ¡Adelante, pues, sin menoscabo de lo más pequeño que goza -derramado- en lo infinito!

Alberto E. Justo

domingo, 20 de febrero de 2011

¿Y las contrariedades?

¿Y las contrariedades? ¡Qué cuestiones! Tantas veces vacilamos. Es urgente discernir y obedecer a la conciencia en horas de oscuridad y de confusión. Es posible que, en más de una ocasión, nos toque "quedar mal", contradecir lo usual o lo que la mayoría juzga oportuno. Nunca esto fue una... "vergüenza", ni motivo de reproche. Es de necesidad la audacia y el coraje y decir "no", si es necesario, según la recta razón.
Es por ello que ya es hora de meditar más, de prepararse en la virtud de la Prudencia, porque con excesiva frecuencia nos creemos más seguros repitiendo "lugares comunes" o copiando mediocridades o, simplemente, dejándonos llevar por lo más fácil que, tantas veces, es decir: sí, sí...
La fortaleza está, en gran parte, en la "resistencia" y "resistir" puede no ser tan brillante pero, en definitiva, comporta entregar todo a Dios y permanecer en la verdad y en el bien.
¡Atención a las posibles "necedades" y a presiones y a errores, que se presentan con mil justificativos y con los cuales se nos pretende doblegar sin razón alguna! Resistir, pues, con la conciencia limpia y sin temor y confiar en Dios que, siempre, nos asiste directamente.

Alberto E. Justo

Eres Tú y no otro

¿Un corazón que ora? En efecto, no imaginaremos jamás, en esta peregrinación, lo que comporta la mirada y la "atención" de Dios para con nosotros, para con cada uno de nosotros. Es una "venida" tan profunda y, digámoslo así: tan "vital", ha tomado tan en serio nuestra vida, porque en el secreto más real y más hondo de todas las cosas y de nosotros mismos, Él es pura presencia.
¿Permanecer en silencio? En el silencio y en el no-silencio. Más allá e infinitamente más aquí... ¿Se da, entonces, un diálogo? ¿Qué es un diálogo? No hay calificaciones ni "nombres" que valgan, porque lo inferior no llega a expresar lo más alto y trascendente.
En lo profundo, en el "Fondo del alma" sabemos que acontece... Que nuestra alegría y nuestro gozo le den esa bienvenida que tampoco podemos expresar con simples palabras.
Dios mismo es nuestra oración; Él mismo es nuestra santidad y perfección. Renuévese, por parte nuestra, un incesante acto de fe en su Presencia. Recordemos a San Agustín y a Eckhart: cuando lo recibimos en la Santa Comunión no somos nosotros los que lo transformamos a Él, como ocurre con cualquier alimento, sino que es Él Quien nos transforma a nosotros en Él...

Alberto E. Justo

jueves, 17 de febrero de 2011

Martirio y Silencio

¡Cuánto es lo que ignoramos! Tantas veces se vela el sendero y no acertamos a distinguir las huellas ni las flores que lo señalan...
Esto que se vive solamente en el silencio. Es decir: todo aquello de lo que no se puede dar razón, todo aquello que sobrepasa nuestras consideraciones "publicitarias" y nuestra furia por darlo a conocer...
Incomparable valor el de esas cosas profundas que no son manifiestas y que ni se compran ni se venden.
¡El secreto y el silencio del Huerto! ¿Quién se atreve a hablar de ello? Tantas veces percibimos sonidos, noticias, voces que debieran callar. ¡Tantas veces percibimos el horror de la mentira!
Pues ofrezcamos otra vez y mil veces más. ¿Qué es el "sudor de sangre"? En el Señor, con Él y en Él, en el secreto maravilloso del Nombre Nuevo, que sólo conoce quien lo recibe-

Alberto E. Justo

domingo, 13 de febrero de 2011

¿Demasiados problemas y cuestiones?

¡Arrójate al suelo o ingresa en aquella cueva hasta que "eso" pase! Pero, ¿puedo descuidar tantas cosas importantes? ¿Qué es "importante"? Importas tú... y tu secreto. ¿Temes perderlo todo? ¡Nunca perderás "todo"! Quizá se te quede algo en el camino, pero de tu corazón -si no lo quieres- no caerá nada.
No importa lo que arrancan las espinas... Déjalas con sus pretensiones... Que lo que tu llevas, ese tu secreto, vale tanto... Es que no lo puedo decir, es que no lo puedo imaginar, es que no lo sospecho...
No te detengas en lo que puede "perderse", ni temas esa desdicha que se asoma y amenaza. Confía cada vez más en el Señor. Métete en Su Corazón que es tu corazón. Redescubre, a cada instante, en Él tu vida. Contémplate sólo en Él.
Si aceptas Su Don, es esa tu morada. Recuerda las palabras del Apóstol San Juan.
En suma, no temas. Nada se pierde en definitiva. Estamos llamados a ganarlo todo. Decía Jualiana de Norwich: "Todo acabará bien."

Alberto E. Justo

Lo sublime ¿se escapa?

¿Has percibido lo "numénico" en tu vida? Quizá tantas veces y no has reparado en ello. En ocasiones, como cuando escuchamos una música más subida, hay algo que se filtra desde no sé qué profundidad y -en un gozo pasajero- percibimos lo sublime... Es posible que juzguemos esto como un... "recuerdo" y cierta nostalgia nos invada... Pero no ha de considerarse así. Nada de eso proviene del pasado sino de lo "profundo", de lo que "participamos", de la "hondura" del Ser, y no es lo que pudo ayer ocurrir y se nos escapó de las manos.
No, nada de eso. Se trata, en cambio, de un ANUNCIO de lo más real y escondido, se trata de lo que vendrá, desde luego de un modo trascendente y superior...
La alegría que nos brinda la belleza participada, el esplendor de ciertas emociones cuyo origen se nos escapa... no son retazos de cosas perdidas (esto es un engaño) sino anuncios de una Aurora infinitamente mayor.

Alberto E. Justo

viernes, 11 de febrero de 2011

Basta que quieras

Si recibes un regalo y lo tienes a tu disposición: basta que quieras hacer uso de él...
No dudes del Don de Dios. Tu verdadera Morada es aquella. No te juzgues perdido en regiones lejanas... Regresa al Centro, habita el Secreto. Cuanto más adhieras, más libre serás y más tú mismo. Desde toda la Eternidad te hallas en el Corazón de Dios.
Hoy el rayo creador (por decirlo así) te ilumina y redescubres en él la Fuente de la luz y, por fin, tu morada. Si te hallas peregrino en el mundo es porque en realidad tu patria, tu respiro, tu vida y tu "lugar" es el Corazón de Dios...

Alberto E. Justo

Hacia la Morada verdadera

¿Sientes perplejidad o angustia? ¿Tantas son las "amenazas" que -de algún modo- percibes? Sin embargo, es muy posible, aún no te animas a cavar más hondo para hallar el tesoro.
Estima la plegaria breve, la frase breve... Este es un camino insuperable: el decir breve. Porque apenas abandona el silencio original.
La belleza es el silencio presente en todas las cosas, espacios, lugares, parajes... Todo participa de la belleza del mismo modo en que todo participa del silencio.
No existe música sin silencio.
Un rostro... : se manifiesta en proporciones y armonías que aparecen según lo que no son sus componentes (por decirlo de algún modo). Es por la ausencia y el silencio de trazos que lo manifestado refleja su hondura. Los trazos se ordenan y armonizan en el silencio...

Alberto E. Justo

miércoles, 9 de febrero de 2011


Lo más real

¡Señor! ¿Dónde moras? La "Morada" de Dios es nuestra morada... Nada ni nadie nos la puede ya arrebatar.
Descubramos y empeñémonos en el ser profundo. La Llama del Espíritu ha encendido la mecha de la lámpara.
Ahondemos en el Secreto. Lo que es secreto es lo más real...

Alberto E. Justo

Un nivel nuevo...

Hablamos de la "Fuga Mundi" y experimentamos esa necesidad de ir "más allá", de encontrar la paz y el silencio en algún paraje de este mundo o de cualquier otro. El asedio de las "cuestiones", de los ruidos y rumores, que pretenden descarrilarnos o apartarnos del centro... Todo ello abruma y continúa, y viaja con nosotros por todas partes... ¿Entonces?
Intentemos esa vía que siempre se halla abierta. Imaginemos nuestra vida y nuestra realidad como una esfera enorme... Pues, desde hace mucho (¿desde siempre?) ocupamos un espacio reducidísimo. Hemos oído hablar, alguna vez, de las pocas palabras que empleamos de nuestro idioma, del exiguo uso de nuestras facultades, de una suerte de "desperdicio" por atarnos a esto o a aquello...
Pues bien, en la esfera nos hallamos en la parte exterior y en un pequeño segmento de la corteza. ¿Por qué no intentamos introducirnos más, por qué no nos aventuramos "adentro"? Hay niveles insospechados. El más alto, el propio del espíritu, no lo consideramos, ni nos atrevemos a tanta profundidad. Pero allí está nuestro bien, allí encontraremos nuestra alegría...
Empeñémonos a vivir en libertad... Porque el nivel del espíritu comporta una permanente audacia. Pero sólo por allí hallaremos el silencio y la paz y sólo por allí nos asirá el Señor.
Descubramos el nuevo nivel. Está escondido como ocurre siempre con lo mejor. El secreto que sólo conoce el Padre. Es hora de vivir en ese Secreto. Busquémoslo en el silencio, en la meditación y en la plegaria.

Alberto E. Justo

domingo, 6 de febrero de 2011

Oración siempre nueva

Realicemos un profundo acto de Fe: Nuestra oración ha de elevarnos a Dios PRESENTE. La clave es este acto de Fe en la PRESENCIA de Dios, en nuestro centro, en nuestro corazón, en nosotros mismos...
Dice el himno de Vísperas de la Fiesta de la Transfiguración, en una de sus estrofas,
"Splendor Aeternae Gloriae
Incomprehensa Bonitas
Amoris tui copiam
da nobis per praesentiam."

(Esplendor de la Gloria del Padre
Amor(o Bondad) incomprensible
danos por tu presencia
la abundancia de tu Amor.)

Vivamos este Misterio de la Presencia de Dios en el Fondo del alma. Retornemos incesantemente en nuestra memoria a la Verdad. El Espíritu ora en nosotros. Silencio y paz.

Alberto E. Justo

martes, 1 de febrero de 2011

el secreto de la contemplación

Sin ánimo de ninguna apología... Descubrimos el mayor secreto cuando nos dejamos encontrar por Dios. Nuestra plegaria es la única Mirada, acoger en lo profundo, en lo hondo del alma, a Aquél que es engendrado y abre sus Ojos en el Corazón. Y nos ve, nos conoce, nos conoce desde siempre y desde siempre nos ama. Es Él, Aquél que nos dice -incesantemente- Yo Soy...
Oración inefable. No podemos describir ni explicar lo que nos trasciende y nos eleva...
Es Él.
No puedo hablar en tercera persona. Es ridículo. Sólo cabe elevar y sumirse en el Silencio, que sólo el Silencio puede ahora hablar.

Alberto E. Justo