martes, 26 de octubre de 2010

Sosiego y paz

Nos relatan (como buenos cronistas) que, unos y otros, llegan de viaje -¡tantas veces!- y sin motivo grave aparente, hasta que acabamos por preguntarnos las razones de tanto movimiento. En realidad nada válido gesta el hombre sin quietud ni asiento. La dispersión es un mal de nuestros días y tiene fervorosos seguidores de todo pelaje e inclinación. Será por ello que echamos de menos tantas cosas profundas que no aparecen en el horizonte y, sobre todo, la ausencia de aquellas realizaciones que pueden desafiar el tiempo y hacerse perdurables para bien de todos.
Deja de andar de aquí para allá y calienta por fin un asiento. Desde luego no sólo físicamente, sino espiritualmente también... No te ocupes tan en exceso de lo que hacen los demás, ni te afanes en imponerles todo eso que antes o después muere. ¡¡Detente!! No te equivoques, respeta, calla, contempla...
Este llamado resuena en nuestra conciencia cuando sabemos que es necesario vivir y volver a lo interior. Y más necesario es... AMAR. Porque el hombre, que tiene una gozosa limitación, no puede amar en verdad sin quietud, es decir: sin lograr el sentido profundo que le entrega, sin condiciones, su corazón...
Que el Señor nos confirme y nos bendiga, a fin de vivir en verdad en Él y para Él.

Alberto E. Justo

lunes, 25 de octubre de 2010

El Señor es contigo

Aunque te cueste admitirlo, aunque tantos pasen indiferentes ante las grandes verdades o ante los grandes tesoros: tú todo lo llevas en tu corazón y todo vale en la medida en que lo asumes. Más está el alma donde ama que donde anima... Es así. Pero más profundo es esto que llevas: "desierto", "celda", "cosmos" en la interioridad que no tiene confines. "Aquello" va contigo. Tu casa, tu templo. La memoria de tus amigos, la presencia que quieres, según que adhieras o no a ella...
Pero, sobre todo, y más allá de todo, y más hondo que todo, llevas a Dios... Dios va contigo... Decimos a María:"el Señor es contigo." Alégrate pues y goza de lo inefable. De todo aquello que no perderás jamás y que puedes acrecentar siempre en la Caridad de Dios.

Alberto E. Justo

domingo, 24 de octubre de 2010

Los fragmentos se armonizan

¡Se han acumulado tantas cosas! ¡Y también las hay nuevas! Esto nos parece cuando volvemos nuestra mirada hacia lo que pasó, hacia lo que pudo pasar y hacia lo que pueda venir también... ¡Tantos intentos y, cómo no, tantos logros! Pero, semejante conjunto ¿qué significa, qué sentido tiene? Durante mucho tiempo me empeñé en tal trabajo que, muy luego, debí dejar. En otras ocasiones me ilusioné con emprender varias cosas: algunas resultaron y otras no...
¿Entonces? ¿Qué es todo eso? ¿Simplemente "lo que pasó"? ¿Se trata de enormes pilas de ladrillos que yacen ahí nomás, al paso de los caminos?
Ahora bien, ¿por qué no construir con esos "disparatados" ladrillos? ¿No podemos descubrir un sentido unitario y coherente a ese conjunto que parece no lograr ninguna síntesis, así en fracciones o en pedazos separados?
Si recibo una luz "unificante" puedo dar sentido a todo, porque todo -de algún modo- ha partido y sigue brotando de mi corazón. La historia es una, integrada por "armonías", es una sinfonía de singular belleza si aprendo a leer y a enderezar. No hay "leyes" asfixiantes que prohiban o impidan el amanecer cada vez más claro de un sentido que brinda la vida misma, única para cada uno.
¡A descubrir, pues, ese camino trazado, quizá inadvertidamente, pero presente y real porque es vida que sigue brotando de su fuente y manantial!
Todo tiene un sentido y nada se pierde ni se disuelve. Aún lo que menos sospechamos. Todo posee un valor, aún lo que no entra en las perspectivas de quienes se consideran sabihondos o mandones "por este año" y no lo son en realidad...
En el valle secreto todo converge y se armoniza. Todo es canto y perspectiva luminosa para quien se atreve a descubrir y a ver...

Alberto E. Justo

viernes, 22 de octubre de 2010

diálogo rápido...

-¡Ah, don Geroncio, difíciles tiempos, la zona está desierta! Así se expresó el buen Pancracio una mañana, cuando, al despertar, se le hicieron patentes tantos deterioros...
El viejo Geroncio, con paz, respondió: -No amigo, no se aflija ni se detenga en el desierto, en el paraje desolado. No...
-Pero la vida desmerece, perdemos "nivel" y "categoría" perteneciendo y permaneciendo en parajes desmoronados...
-No es así, insistió el anciano. Las "zonas" no hacen a las personas, sino que las personas elevan las "zonas." Yo he dado a Dios mi vida, sólo a Él, y los desiertos que atravieso valen lo que la Providencia establece. No son los desiertos los que hacen las flores. Son las flores las que transfiguran el desierto. No importa tanto el lugar donde estamos, sino, en definitiva, cómo somos. Tenga la certeza de que una vida vale en cualquier parte y que ¡tantas veces! los mejores deben caminar y atravesar los lugares peores. No se "pertenece" a ninguna estructura perecedera. El empeño y la palabra nos elevan por encima de las "creaciones" humanas y nos transfieren más alto, a solo Dios. Y a Él se lo ha de hallar en cualquier parte, sobre todo allí donde su Voluntad lo establece y se cumple, así en la tierra como en el Cielo. Levántese usted, amigo Pancracio, en su espíritu, y vuele adonde Él lo lleva; y sea siempre según su conciencia, aceptando VOLUNTARIAMENTE el Don de Dios.

Alberto E. Justo

jueves, 21 de octubre de 2010

el camino verdadero es el no-trazado

Nos hemos decidido por seguir el camino no trazado. Bonita audacia desde luego... Pero este es el verdadero camino porque es el que, de hecho y en realidad, trazo yo mismo. No aquellos otros, de los que nada puedo saber, sino éste mismo, aquí y ahora.
Vámonos de una buena vez a la ciudad escondida. Al paraje escondido, al valle, a la montaña... ¿Dónde están? Abajo, están debajo sustentándolo todo y dando razón y sentido, dando alguna forma, a lo que se puede ver. Percibo ese "otro" viento, esa brisa que refresca, que manifiesta sólo algo de un bello secreto, de una realidad. El Desierto despoja, pero entrega, más allá de sus límites, la Realidad y la Vida que nada ni nadie en este mundo pueden expresar. Lo inefable es ocasión, siempre, de lo no-manifestado. Apertura y horizonte, en suma, libertad.
Ríete de lo que dicen o de lo que discuten por esos andurriales. Hay sombras que se reunen y endurecen el entrecejo para aparentar seriedad y aplicación. Luego oprimen y aprovechan. Habilidad poseen y recursos también. Pero están en la misma tragedia de lo inexistente y de lo fantasioso. Se pueden inventar miles de situaciones y forzar otras tantas, pero ninguna es real. ¡Tanto se puede combinar! Pero eso no es vida.
¡Adelante pues! Que el canto de las aves, el perfume de las flores, el horizonte de los paisajes, la nieve de las montañas, todas las estrellas del cielo, el mar, la luna y el sol ¡tantos hermanos y pequeños! todo, todo es para tí y todo te habla de Dios.

Alberto E. Justo

rayos de luz que llevan al sol

¡Qué gozo tan grande es entender el lenguaje de los pájaros! Porque ellos vuelan como el alma y poseen la maravillosa condición de hablarnos por el sólo hecho de existir y de ser tales como son... Así se abren las fronteras en el secreto maravilloso de lo más profundo. Todo habla o, mejor, todo canta; y es un himno de alabanza que se vuelve nuestro cuando nos damos cuenta de que sólo lo esencial merece nuestra atención...
¡Cuántos vanos esfuerzos para realizar un magnífico viaje de vacaciones! Pero siéntate, ahora mismo, junto a un árbol y bébete una taza de te... Acompáñala con algo y deja de lado las noticias recientes y las alarmas del día... Deja y deja aquello en el nivel que le corresponde y goza del resplandor de las cosas, de los rayos de luz del Ser que, como el sol con el aire, todo lo llena de su presencia...
El mejor viaje es este: camina al corazón y al fondo y goza de los viajes inmensos en el territorio inalienable de las múltiples significaciones que tu inteligencia es capaz de descubrir. La Inteligencia humana es develadora de verdades y de proyecciones infinitas. Vive una y otra vez. Revive, que nada ni nadie te puede quitar la realidad, la hondura y la paz.

miércoles, 20 de octubre de 2010

La "confianza" es "arrojo" y certeza

La heroicidad en el trabajo es pareja a la heroicidad en la confianza. El peregrino ha de aprender a resistir el asalto de la desilusión y de la desvalorización de las cosas y de las obras, tan abundante en nuestros días. Es que el peregrino tiene una fuerza decisiva que tantas veces olvida o, simplemente, descuida. Es la CONFIANZA y el ABANDONO en Dios DIRECTAMENTE. No hay nada mayor, ni método más eficaz... Arrojarse en los brazos y en el Corazón del Señor, a pesar de lo que fuere y de tantas versiones "diferentes" que se disputan los micrófonos del mundo ensordecedor.
Sabemos que la vida contemplativa no está limitada ni impedida por ninguna circunstancia, porque el verdadero y "Único" Contemplativo es Cristo Jesús y somos contemplativos en Él. Sí, en Él.
También oramos en Él y con Él. Aquí está la hondura permanente de esa vocación e invitación de VELAR con Él.
Tantos piden definiciones y se sumergen en vanas estructuras. ¡Cuántos son los que más confían en sus caligrafías que en Dios! De éstos están llenos los ambientes "religiosos" que tantas veces nos sorprenden por la ausencia de piedad y por el desenfreno de procurar sólo "resultados" y éxitos pasajeros. Porque todo pasa...
Fuertes pues en la Esperanza, que es una Virtud Teologal. Fuertes en la Esperanza que tiende decididamente a la Vida Eterna, con la confianza en el auxilio de Dios.

Alberto E. Justo

martes, 19 de octubre de 2010

espéralo todo de Dios

Aunque hoy mismo dudes acerca de ti... Acerca de ti y de tus cosas, obras y trabajos... ¿Serán en verdad útiles? ¿Puedes contar con cuanto hasta este instante has realizado? ¿Qué se dice por ahí?
Pues no te detengas en eso ni en lo otro. Nada. Calla. ¿Contar contigo cuando cuentas con Dios?
Me dirás: -Dios aguarda que yo haga esto o aquello. En cierto sentido es verdad, pero si lo planteas así lo planteas muy mal. El Padre quiere adoradores en Espíritu y en Verdad. El Señor aguarda (por decirlo de esta manera) tu respuesta profunda de amor, con el mismo Amor que te da y te dona... (que Se da y que Se dona).
¿A qué preguntarte acerca de tanta eficacia si todo se manifiesta en Su Misericordia? Abre tu corazón con compunción y confianza y obra en silencio sin que tú, precisamente, esperes nada. No esperes nada de ti mismo, espéralo todo de Dios.

domingo, 10 de octubre de 2010

Virtud Teologal de la Esperanza

¿Por qué temes los días peores? ¡Vaya pregunta!-dirás. Y sin embargo quisiéramos liberarnos totalmente de ese extraño peso que nos detiene en los lugares imprevistos. Sí, es la verdad, tememos la adversidad, la enfermedad, el desconsuelo, el fracaso... ¡tantas cosas!
Pero es preciso, en cualquier circunstancia, levantar el ánimo aferrándonos a esa "corriente divina", a esa "energía" que proviene de lo alto (de lo ancho y de lo bajo) y nos estrecha en su virtud. ¡Ánimo y coraje ante lo que no comprendemos y durante las horas de dolor! Es muy mucho, muy grande lo que esperamos. Cuán grande sea el objeto de nuestra Esperanza, la certeza de nuestra Esperanza, no podemos expresarlo aquí. ni en cualquier otro lugar.
¡Huye de los malos humores y de las broncas escondidas! Esta vida es provisoria o, mejor, es camino dichoso a la definitiva. Trabaja una y otra vez en esta decisión de "cultivar" la Esperanza, que es infundida en nosotros por Aquél a Quien esperamos y de Quien todo lo esperamos. Dejemos actuar a su Madre, nuestra Madre Santísima... No todo lo que ocurre es mal ni va mal. Eleva la mirada, trata de escuchar lo que se da, lo que se te da... Aunque duela el corazón y el cuerpo, aunque asome la enfermedad.
Dignare me laudare Te Virgo Sacrata, da mihi virtutem contra hostes tuos.

Alberto E. Justo

Madre de Misericordia

No es necesario insistir en demasía... Ya estamos en ese valle que nos sugiere que vivimos en la realidad escondida. Ahora meditemos, con atención y paz, los Nombres de Dios.
¡Misericordia! Este es el Nombre que nos convoca hoy. Y, con un Rosario en la mano, recemos la primera decena bajo la luz de este Nombre... María, Madre de Misericordia. María, Madre de Misericordia en la Anunciación, porque aún en este instante, en nuestro corazón y con nosotros, si así lo queremos, su respuesta de resonancia eterna, enciende nuestra oración y nuestra vida. Y así, en cada Misterio, descubriremos honduras nuevas con los Nombres de Dios.
Porque el Señor nunca deja de "pasar" en su Inefable Silencio ¡que siempre dice, que siempre habla! Porque, en efecto, Dios no calla.
Aprovechemos la coyuntura para, otra vez, atender las cosas iluminadas, la maravilla del ser, la sonrisa de lo que es... Dejemos de lado ese sinfín de noticias lúgubres y portadoras de angustia. Esas terribles condiciones y mensajes que obscurecen el horizonte y pretenden nublar nuestra paz (que no nos será quitada).
La conciencia se ensombrece con la consideración de lo que no nos pertenece y de lo que no nos atañe. No hemos de manosear nada. ¡¡Silencio y Paz!!
Firmes en la Esperanza, seguros del Don de Dios. Renovando esa actitud siempre contemplativa de adoradores del Padre en Espíritu y en Verdad.

Alberto E. Justo

sábado, 2 de octubre de 2010

Quédate y adora. En Espíritu y en Verdad

Si sigues adelante, y más hondo todavía, verás lo que hasta hoy no veías... Los velos caen, poco a poco, o de golpe, si Dios así lo quiere. Aguarda y no te apresures sin sentido. Tu jardín es un Huerto donde el Señor te invita y te llama a velar con Él. Al menos una hora. La "hora", ésta misma hora, que es tu respiro y es tu vida hoy.
Escondida en el instante, en esta hora presente, está la Eternidad. Quédate, pues, y ora. Adora en el silencio que el instante te permite alcanzar. ¿Quieres?
Secreto de la voluntad. El deseo es sólo uno y lo abarca todo: "que se cumpla Tu Voluntad", Señor.

fr. Alberto E. Justo