domingo, 22 de noviembre de 2015

¿Hacia dónde vamos?

 Todavía nos preguntamos por "lugares" y "destinos"... En realidad las respuestas pueden ser muy variadas, sobre todo cuando un mundo lleno de inquietudes interrumpe la reflexión serena...
 Pero aquí se trata de otra cosa. Hallamos con dificultad esa suerte de "pertenencia" que parece asegurarnos y nos asocia a esto o a aquello. Porque, en realidad, no pertenecemos ni a esto ni a aquello.
Es muy urgente descubrir y reconocer por fin el hondo secreto de la soledad que nos libera de esto y de aquello.
 ¡La soledad! Es claro que no es aquí ni allí, ni esto ni aquello. Este hondísimo horizonte se revela propiamente en estas ocasiones: cuando buscamos lo que no encontramos o aguardamos lo que juzgamos una verdadera ayuda en tiempos difíciles...
 Lo cierto es que si no se trata de aquí ni de allí, ni de esto ni de aquello, estamos en la ventajosísima situación de arribar a un destino verdadero y auténtico, que trasciende los límites y las estructuras que fingen o que ilusionan acerca de lo que no pueden dar.
 Quizá no podamos definir... Pero podemos ¡vaya! vivir.

Alberto E. Justo


lunes, 16 de noviembre de 2015

A pesar del "dolor" y aun con él...

No nos extrañe la sorpresa de ese "dolor" que invade nuestras mejores horas... Por el contrario hemos de estar siempre dispuestos a la admiración... ¡Hay tantas cosas "insoportables" o "insostenibles" que se suceden en nuestras jornadas! Hoy como ayer... Pero falta poco. Sí, es escaso el tiempo tan lleno de pretensiones y de dominio. Nada tan luminoso como el presente, pero ha de ser recibido -siempre- como apertura a la Eternidad.
Sí, no desesperar jamás. Si el tiempo que nos queda resulta muy corto es que tenemos que aprestarnos para lo más alto, para el más amplio respiro.
Siempre es ocasión de madurar hacia la muerte que es nacimiento y aurora. En efecto, falta muy poco. Siempre ha "faltado poco". Hoy lo vemos así, más inmediato y más encendido.
El Señor está cerca... No lo podemos imaginar. ¡Bendito sea!

Alberto E. Justo



jueves, 12 de noviembre de 2015

¿Esperábamos alguna cosa?

 En efecto, ayer -quizá- aguardábamos una paso nuevo, una claridad, un buen día... También hoy, pero de otra manera. Hoy los buenos días parecen descargar tormentas insospechadas ayer. Es posible que acabemos formulando la pregunta difícil: ¿es posible atravesar sin daño esas ruinas?
Y la respuesta, sin vacilaciones, debe ser afirmativa, porque poco importa el paso ya que no caminamos para permanecer en ellas o cabe ellas...
 Superar las ruinas y los horrores de un mundo, a veces infernal, es desafío y arrojo. Pasar más allá es nuestro deseo que nos lleva a la paz verdadera y a vencer el engaño.
 No nos detiene esa pretendida adversidad: por el contrario: nos empuja y nos levanta "más allá".

Alberto E. Justo