En efecto, ayer -quizá- aguardábamos una paso nuevo, una claridad, un buen día... También hoy, pero de otra manera. Hoy los buenos días parecen descargar tormentas insospechadas ayer. Es posible que acabemos formulando la pregunta difícil: ¿es posible atravesar sin daño esas ruinas?
Y la respuesta, sin vacilaciones, debe ser afirmativa, porque poco importa el paso ya que no caminamos para permanecer en ellas o cabe ellas...
Superar las ruinas y los horrores de un mundo, a veces infernal, es desafío y arrojo. Pasar más allá es nuestro deseo que nos lleva a la paz verdadera y a vencer el engaño.
No nos detiene esa pretendida adversidad: por el contrario: nos empuja y nos levanta "más allá".
Alberto E. Justo