lunes, 19 de abril de 2010

En el Corazón de Cristo-Jesús

Insistimos en caminos "predeterminados" o "prefabricados". Una y otra vez nos fijamos en la búsqueda de los mil puentes que juzgamos necesarios para atravesar el río... Y no hallamos ninguno a mano, ninguno que nos parezca seguro o, por lo menos a nuestro gusto y satisfacción... Y es que la "clave" está "en otra parte."
Es verdad que hemos de atravesar un... río (o lo que sea). Pero también es verdad que lo hemos de pasar y vencer una sola vez, sin retornar atrás. Y, en más de una ocasión, ya nos hallamos en la otra orilla y seguimos preguntándonos acerca del modo de... atravesarlo.
Volvamos a nuestro corazón, donde lo hallamos todo. Guardemos, al menos un momento, el silencio necesario para atender y escuchar. El Señor nos llama AHORA y es Él mismo Quien viene a nosotros. ¿Puede darse algo mayor?
Vivamos con gozo esta relación directa y sin reparos, y sin modos, ni medidas... Vamos con Él y en Él y Él nos lleva y nos da su Corazón como morada verdadera. Es poco lo que podemos decir, pero sabemos que nuestra alma puede volver a su principio virginal y hallarse en su Fuente y en su Origen inmediatamente, abriendo de par en par las puertas a Aquél que está en el umbral y llama.

viernes, 16 de abril de 2010

Dios nos llama AHORA

Siempre de camino, algunas espinas pueden herirnos, pero nunca detener nuestro andar. Y pensamos, entonces, si hemos quedado bien o hemos quedado mal... Vana e inútil cuestión, planteo inservible y curiosidad no extraña a aquella de la mujer de Lot. No nos quedamos plantados en preguntas sin respuestas. CONFIAMOS... Cuantas veces sea necesario respetamos el secreto, ese secreto que sólo el Padre conoce, y en silencio y en paz seguimos adelante.
¡Tan cerca está el Señor! Es esto algo que no podemos imaginar... Entonces no hemos de perder tiempo en consideraciones que nos lleven a desviarnos hacia los lados.
El Señor nos llama aquí y ahora. No mañana, ni en un tiempo hipotético que no existe. Nos llama YA, y ya mismo nos otorga su Amor y su Gracia. Sin intervenciones fabulosas ni mediaciones caprichosas. No hay instante más propicio que éste... Nuestra conciencia, con libertad, lo descubre y lo sabe. No posterguemos nuestro bien. Nuestro bien es AHORA. Es este momento presente, con todo el regalo de Quien ha venido a nuestro corazón, de Quien nace en nuestro corazón. Las distracciones son muchas y variadas, las ilusiones también. No nos detengamos, pues.
¡Ven Señor Jesús!

Alberto E. Justo

jueves, 15 de abril de 2010

Ante el misterio, calla

Deja que tu corazón ahonde en su libertad. No te apresures, ni pretendas, ni impongas, ni te atrevas a juzgar acerca de lo que no sabes. La tentación permanente es violentar el secreto, introducir las manos en campos ajenos...
Deja, deja lo que has de dejar. Hay una dichosa y bella melodía que no sufre interrupciones, sino que brota del silencio que no sabe de manoseos. Deja de lado esos reclamos sin sentido. Sumérgete y pasa del otro lado. Atraviesa la frontera, que ya no volverás atrás...

Alberto E. Justo

miércoles, 14 de abril de 2010

siempre se manifiesta la vida: es el mayor regalo

Es frecuente que aguardemos algún consuelo luego de los momentos de prueba. Y, es frecuente también, que no recibamos eso que, precisamente, esperábamos. No hay duda en que la desilusión es fuerte y nos deja un tanto detenidos, interrogándonos una y otra vez acerca de tantas cosas...
Ensayemos un modo "sin modo." El silencio y la ausencia nos están diciendo algo, nos están diciendo mucho, nos están susurrando mucho más de cuanto pudiéramos soñar. Se trata de una apertura, de mil ocasiones, de todo eso que está más allá y más acá... Se trata de un mensaje de libertad y de creación. Tratemos de ver en el silencio, en el secreto, en lo aparentemente ausente, una especie de "plenitud" que nos da la noticia de la asombrosa fecundidad de nuestra vida, que no se identifica con nada y que nada ni nadie nos puede arrebatar...
Deseo y espera no son "vacío"... Ahora mismo obtendremos la respuesta aceptando en este espacio inusitado la noticia del valor de esa vida que nos es comunicada y participada sin cesar...
Y, seguramente, permanezcamos "quietos", en paz, confiadamente pequeños. La "grandeza" es de Dios: seamos grandes con y en Su Grandeza, con y en su Gloria.

Alberto E. Justo

lunes, 12 de abril de 2010

el júbilo se renueva sin cesar

"Alégrate María". Este maravilloso saludo nos llena de gozo y nos confirma en el júbilo de la Resurrección y de una Pascua constantemente vivida. Se trata de perseverar y de no desfallecer por ningún motivo. Esta "alegría" se halla en la cima del espíritu, encendida desde lo alto. Ya sabemos, no dudamos, de nuestra raíz, de la Fuente de Vida de la que brotamos y a la que volvemos sin cesar. En Él "somos, nos movemos y existimos"...
Este inefable AHORA ha de modelar y animar nuestra peregrinación y proporcionarnos el consuelo que es del Espíritu...

Alberto E. Justo

domingo, 11 de abril de 2010

si no eres como este niño...

Muchos son los espejismos que aparecen en el camino... Los hay de distintas dimensiones, pero todos están a la misma altura del viandante... Allí recibimos noticias y duras "seriedades". Ponte serio, muy serio, nos dicen. Y añaden: -preocúpate de una buena vez. ¿O es que te has aislado del mundo?
Entonces se suceden esos mensajes que no acaban, que no dejan espacio a ningún silencio. Entonces se nos dice que Fulano es mejor que Zutano y que no nos conviene hablar de esta manera sino de esa otra. Entonces se desencadenan las series de pesos y medidas, que intentan convencernos de que somos unos infelices porque carecemos de poder y de dinero... ¿Qué lugar ocupamos bajo el sol o bajo la luna?
Buscamos, en realidad, otros horizontes, a partir de esa "infancia espiritual", de esa directa sencillez que apunta directamente al Cielo. Sin comparaciones arbitrarias, sin presupuestos, sin laberintos: directamente a Dios.

Alberto E. Justo

jueves, 8 de abril de 2010

Deseo...

¿Sabes qué es el "deseo"? Es preciso recordar que somos lo que deseamos... Pero el deseo "escondido" y profundo está en ese "secreto" del Padre que, habitualmente hemos de considerar. Hay una relación fecunda entre el deseo y el silencio, entre el deseo y la soledad, entre el deseo y la libertad...
Desea a Dios. Es verdad que el Señor ya se ha dado. Es verdad que el Espíritu ha venido a nuestros corazones y que allí hallamos siempre a Dios. Pero esta peregrinación se alimenta del deseo y hemos de desearlo cada vez más.

Alberto E. Justo

martes, 6 de abril de 2010

Nueva invitación al silencio

No es necesario "hacerlo", el silencio ya está. Tampoco es preciso dedicarnos a "construir" otra "vida", la vida nos ha sido dada desde el principio...
Descubre el silencio buscando más allá... No hagas ruido ni te dejes seducir por los ruidos de este mundo... Sí, es así. Aunque te parezca lo mejor y lo más urgente: no te pliegues a esos "movimientos" que pretenden justificarse asegurando que van a mejorarlo todo... No es esa la senda escondida, ni por allí llegarás a ese "secreto" luminoso que ama el Padre.
Ábrete al silencio que ya está en tu corazón...

A. E. Justo

lunes, 5 de abril de 2010


Pascua

Seguimos de camino, aunque las huellas no aparezcan... Ver en la noche..., caminar en la noche. El contemplativo ha aprendido a VER en la noche oscura, porque ha descendido al corazón. El corazón profundo es todo luz. Desde luego se trata de un fuego encendido desde lo alto. Este fuego ha penetrado hasta encender todo el leño y convertirlo...
¿Hay riesgos en esta singular aventura? Es que la noche es noche. En verdad "más amable que la alborada", decía San Juan de la Cruz; pero noche verdadera al fin, cuya hondura no tiene límites.
Bueno es correr el riesgo de la noche y aceptar con alborozo sus horas de sufrimiento. Es ésta una escala que lleva muy alto... Nunca acertaremos a imaginar cuanto...
Quita o déjate quitar el corazón de piedra. ¡Tiene sus riesgos! Pero déjate cambiar esa dura piedra por un corazón de carne...
En esta Santa Pascua si no reconoces al "jardinero" enseguida, aguarda un instante y contémplalo, más que nunca, presente en tu corazón. No temas. No busques entre los muertos a Quien vive.
Creemos con firmeza y con júbilo que el Señor es Dios y ha, en verdad, resucitado. Él es, para siempre, la única verdadera Luz en nuestra noche y nos llama a estar con Él, hoy, en el Paraíso.

Alberto E. Justo