domingo, 27 de diciembre de 2015

La ermita

Es la ermita una figura que se realiza en la Memoria. Nuestro retiro es inviolable si sabemos entrar y permanecer en este secreto que sólo el Padre conoce.
"Recuerda", es decir: vuelve a entrar en tu corazón y ya no lo abandones. Olvido y recuerdo se requieren y se complementan: "olvido de lo creado, memoria del Creador".
El sentido de todo está escondido pero se torna manifiesto si purificamos la memoria y nos dejamos "levantar" por el Espíritu, que es nuestra morada.

Alberto E. Justo


martes, 22 de diciembre de 2015

Nosotros también

A Belén vamos... Descendemos al corazón en el silencio de la noche... Recibimos y adoramos, como los pequeños que cantan las más maravillosas canciones haciendo eco a los ángeles...
El Señor viene a nacer en el corazón...
Feliz y santa Navidad

Alberto E. Justo


sigue tu camino, sin vacilar...

¿Cuál es "mi" camino? ¿Aún no lo sabemos? Tal vez nos hemos detenido demasiado, aquí y allá, suponiendo que era necesario o conveniente resolver cuestiones colaterales... Tentación de control o de dominio, siempre al acecho donde sea.
Pero mi camino, nuestro camino, es este mismo que llevamos desde siempre. Camino que es más que nuestro, porque sólo se descubre o se reconoce en el Misterio de Dios.
Cerremos los ojos un momento y en paz. Hubiésemos querido -tal vez- darnos una respuesta brillante y caemos en la cuenta de que no hay nada "brillante" de este lado.
Camino del Desierto, "desierto de Dios", tejido admirable de oración escondida, respiro que nadie puede sospechar, realidad honda que no se puede medir ni publicar.
Ingresa, una y otra vez, en la soledad secreta de este claustro sin fronteras, cuyo silencio sobrepasa cualquier expresión o palabra, juicio o concepto...
Sigue, pues, sin desfallecer. Aun tienes polvo en el camino. Nadie lo sabe... Sigue derecho hacia la aurora, aunque no distingas todavía luz alguna. Nadie puede quitar o disminuir el tesoro de Amor que portas. Este es siempre mayor...

Alberto E. Justo


miércoles, 16 de diciembre de 2015

Y sin embargo es Cristo y sin embargo es Dios...

Llaman a mi puerta... Una y otra vez. En suma, llaman y no sé quien es. En realidad ya, hace un buen tiempo, han llamado, silenciosa y delicadamente, y no he acabado de darme cuenta que todo ha comenzado y finalizado ayer, es decir: hoy, ahora mismo.
"Tú eres mi hijo, Yo te he engendrado hoy." El Salmo recuerda, es decir: introduce en el corazón y despierta a lo que es.
¿Quién llama a mi puerta? "Yo estoy a la puerta y llamo." Desde el principio, en el origen...
¿Ayer? Más que ayer: en el principio que es "ya". El Amor no aguarda. Levanta, eleva...

Alberto E. Justo


sábado, 12 de diciembre de 2015

La vocación del "estilita"

El monje estilita habitaba sobre una columna... Las muchas ruinas de entonces invitaron a ascender sobre ellas y permanecer allí, de cara al cielo y en oración por todos...
La "antigua" columna sostiene más de cuanto podemos imaginar. Quizá es difícil ascender, no menos que descender, pero no es imposible. Los antiguos desafiaron lugares y costumbres y, tal vez nosotros, con perfiles diferentes, hallemos el modo o la escala para subir más allá...

Alberto E. Justo

Nuevas y viejas sorpresas

Desde luego que no aguardábamos expresiones ofensivas y falsas en los ambientes más "cercanos". Siempre recibimos golpes y manifestaciones del resentimiento y de la ignorancia... Es así. Sin embargo pareciera que la "decadencia" de esta hora no se halla limitada a ningún lugar ni espacio. Es muy doloroso constatar que las personas más implicadas en responsabilidades son las menos idóneas para enfrentarlas con decoro...
En suma, vivir el "sin sentido" puede, en todo caso, tener un sentido más alto.
La "mediocridad" termina por disolverse a sí misma y aparece, entonces, el horror de una fealdad difícil de soportar.
Una vez más nos preguntamos por el modo posible de vivir sobre las ruinas...
Meditemos en estos tiempos recios, cuando el asombro por el bien y la belleza comporta una dolorosa "ausencia".

Alberto E. Justo


domingo, 22 de noviembre de 2015

¿Hacia dónde vamos?

 Todavía nos preguntamos por "lugares" y "destinos"... En realidad las respuestas pueden ser muy variadas, sobre todo cuando un mundo lleno de inquietudes interrumpe la reflexión serena...
 Pero aquí se trata de otra cosa. Hallamos con dificultad esa suerte de "pertenencia" que parece asegurarnos y nos asocia a esto o a aquello. Porque, en realidad, no pertenecemos ni a esto ni a aquello.
Es muy urgente descubrir y reconocer por fin el hondo secreto de la soledad que nos libera de esto y de aquello.
 ¡La soledad! Es claro que no es aquí ni allí, ni esto ni aquello. Este hondísimo horizonte se revela propiamente en estas ocasiones: cuando buscamos lo que no encontramos o aguardamos lo que juzgamos una verdadera ayuda en tiempos difíciles...
 Lo cierto es que si no se trata de aquí ni de allí, ni de esto ni de aquello, estamos en la ventajosísima situación de arribar a un destino verdadero y auténtico, que trasciende los límites y las estructuras que fingen o que ilusionan acerca de lo que no pueden dar.
 Quizá no podamos definir... Pero podemos ¡vaya! vivir.

Alberto E. Justo


lunes, 16 de noviembre de 2015

A pesar del "dolor" y aun con él...

No nos extrañe la sorpresa de ese "dolor" que invade nuestras mejores horas... Por el contrario hemos de estar siempre dispuestos a la admiración... ¡Hay tantas cosas "insoportables" o "insostenibles" que se suceden en nuestras jornadas! Hoy como ayer... Pero falta poco. Sí, es escaso el tiempo tan lleno de pretensiones y de dominio. Nada tan luminoso como el presente, pero ha de ser recibido -siempre- como apertura a la Eternidad.
Sí, no desesperar jamás. Si el tiempo que nos queda resulta muy corto es que tenemos que aprestarnos para lo más alto, para el más amplio respiro.
Siempre es ocasión de madurar hacia la muerte que es nacimiento y aurora. En efecto, falta muy poco. Siempre ha "faltado poco". Hoy lo vemos así, más inmediato y más encendido.
El Señor está cerca... No lo podemos imaginar. ¡Bendito sea!

Alberto E. Justo



jueves, 12 de noviembre de 2015

¿Esperábamos alguna cosa?

 En efecto, ayer -quizá- aguardábamos una paso nuevo, una claridad, un buen día... También hoy, pero de otra manera. Hoy los buenos días parecen descargar tormentas insospechadas ayer. Es posible que acabemos formulando la pregunta difícil: ¿es posible atravesar sin daño esas ruinas?
Y la respuesta, sin vacilaciones, debe ser afirmativa, porque poco importa el paso ya que no caminamos para permanecer en ellas o cabe ellas...
 Superar las ruinas y los horrores de un mundo, a veces infernal, es desafío y arrojo. Pasar más allá es nuestro deseo que nos lleva a la paz verdadera y a vencer el engaño.
 No nos detiene esa pretendida adversidad: por el contrario: nos empuja y nos levanta "más allá".

Alberto E. Justo


lunes, 26 de octubre de 2015

Horas de incertidumbre...

En múltiples ocasiones nos hallamos perplejos acerca, tal vez, de lo más inmediato. Lo que no sabemos de hoy o de mañana, lo que no supimos muy bien de ayer, halla una profundidad nueva y única en la oración serena del peregrino. Es la respuesta y la "fuerza" de cada instante, es el vigor de nuestro respiro que se manifiesta en la plegaria, sobre todo escondida; es la acción de la Gracia divina, que olvidamos en nuestro andar.
Reza, pues, para dar cuerpo y realidad a todos los instantes...

Alberto E. Justo


La Imagen...

El arte, los paisajes y cuanto se quiera invocar, nos señalan un camino hacia nuestra "morada" que queda más allá.
Si hablo de un oratorio interior me refiero a un "lugar" que se "expresa" a través de una imagen determinada.
En el Centro descubro, analógicamente desde luego, un "espacio" singular que supera todo límite y es algo así como un paso hacia lo que realmente es inefable.
Pero lo inefable no es "ausencia". Es una presencia que supera formas y niveles y sobrepasa cualquier límite...
Busquemos esa "morada" única. Será siempre una sin par alegría descubrir esas "gradas" del Cielo por donde nos levanta el Amor de Dios.

Alberto E. Justo


sábado, 24 de octubre de 2015

Silencio y libertad

Desde nuestra habitación, en el mismo misterio de todos los días, el peregrino descubre un nuevo respiro de su libertad. Si abre los ojos interiores en el siempre renovado y renacido secreto: amanece sin límites más allá del temor... ¿Hay algo o alguien que pueda apartarnos del Amor de Dios?
En el corazón, bien "dentro", resuena esa suave y única melodía que tanto evoca a la aurora. Música que es silencio, silencio que es "música callada".
Aparece así la trascendencia en el corazón. No sabríamos diseñar frontera alguna... A veces no hay signo alguno. Pero todo lo hallamos en el Corazón de JesuCristo, en el Espíritu, en el Secreto del Padre, sin multiplicar palabras. 
Y si susurramos no sé qué cosa en nuestro respiro, quedamos hondamente -¿cómo decirlo?- como el leño abrasado en Aquél Único que dice "Yo Soy".

Alberto E. Justo


viernes, 23 de octubre de 2015

Vida que viene de lo Alto

Vida y morada. Cierra la puerta de tu habitación y ora en secreto... ¿Cuál es mi habitación? ¿Tiene límites o muros palpables? O, por lo menos, ¿dónde está, dónde la encuentro?
Y yo me digo y me atrevo a responder, también con otra pregunta, ¿"tienes" que buscarla o, tal vez, construirla? Y afirmo: es hora (ya) de recibirla, de acogerla, no "a medida" de mis fabricaciones o ilusiones, sino en plena realidad.
¡Realidad! ¿Qué queremos decir? Quizá sea ésta la ocasión mejor para aprender y dejarse levantar más allá de cualquier fantasía. Lo más cierto es, tantas veces, lo que menos se sospecha. Lo que está más alto que los sentidos porque es más que un objeto. 
Recógete en el Secreto del Padre que, de algún modo, eres tú... Vida que viene de lo alto... Y te posee.
Entonces deja que el respiro te alcance y te eleve. Es el Espíritu, Morada verdadera, vida verdadera para siempre... No busques lejos, la respuesta está en ti...

Alberto E. Justo


¿Una vida "doble"?

De ninguna manera... Sí, hallar, descubrir y levantarse al nivel más alto, aun sobrevolando el lodo que todo parece invadir.
Las Bienaventuranzas constituyen un himno a quienes YA llegan al Reino. En efecto, la vida es "ya".
Puede ser que el peregrino tope con máscaras y con figuras que se entrelazan, trazando barreras o demoliendo lo que se tenía por bueno y bello... Pero la "máscara" no deja de ser tal, o -mejor- de "no ser", sigue siendo manifestación falsa, en suma: una mentira.
La vida es una, y cuando el peregrino descubre su vocación a la soledad, toda ella, su vida, se transfigura en ese deseo que se hace real en el secreto del Padre del Cielo.
¡El secreto del Padre! El Misterio no está expuesto a la curiosidad ni a la impertinencia de nadie...

Alberto E. Justo


jueves, 22 de octubre de 2015

el Misterio de la vocación a la soledad

Hemos comprobado cómo la vocación a la soledad nace y se manifiesta en ámbitos que parecen no favorables... Tal vez este o aquel entorno puedan oscurecer o dificultar semejante inclinación que, desde luego, viene de lo Alto.
Sin embargo los senderos de nuestra peregrinación poseen tal riqueza y llegan a ser tan diversos que hoy (y ayer) resulta frecuente que vocaciones a la vida solitaria se hagan realidad en el bullicio de un mundo poco propicio.
Y esto no comporta abandonar el maravilloso secreto del desierto, ni dar por perdido un tesoro tan grande. Es oportuno subrayar que el "llamado" y la correspondiente respuesta requerirán, entonces, una peculiar audacia y una confianza grande, muy grande. Porque es posible y hasta conveniente perseverar en medios "adversos", ya que estos envuelven a su modo los caminos... y ayudan a "ir más allá".
La vida solitaria no es un método ni un juego, ni -tampoco- una "estructura" con "bandera propia". Tal vocación y llamado viene de Dios y halla una raíz irrenunciable en el corazón del hombre. Aquí juega un papel trascendente el "deseo", ese hondo deseo que es respuesta del corazón, del corazón del peregrino, que se hace uno en el Corazón de Dios.
Es en el silencio interior de los caminos cotidianos donde se abren misteriosas sendas que apresuran y acercan el Cielo... Nada ni nadie puede apartar de esta vía inefable.
No se detenga, el peregrino, en ningún "entorno". Todo lo posee en Aquél que Es su Morada y su Vida, en definitiva su Ser. Viva por encima, más alto, más alto, que no hay modo de decirlo...

Alberto E. Justo


viernes, 16 de octubre de 2015

A pesar de la aspereza del camino

Es posible que añadamos errores con nuestros pasos... Un tropezón aquí y otro más allá... Nuestra condición de pecadores vulnerables nos recuerda, a cada instante, a cada paso, la urgencia de renovar, sin temor, el abandono y la confianza en Dios.
En tantas ocasiones oiremos o percibiremos voces que suenan con tonos adversos y lejanas tormentas que agitan y despiertan temores que, en realidad, no comportan amenaza real alguna.
Lo cierto es que no prestaremos atención a quienes se endurecen manifestando un poder falso. Porque el hombre se juzga potente presionando aquí y allá, creyendo disponer de mucho cuando no puede nada.
En suma: deja y abandona "criterios" y "pensamientos" que llamaremos "postizos". Nada de todo ello, nada de lo que se dice ha de llegar a nuestra morada interior. Sólo la paz y el silencio que se experimentan en ese desierto "más que desierto", donde nadie puede penetrar porque no sabe muy bien dónde está...
La necedad es lo que queda muy lejos, y no podrá alcanzarnos jamás, a condición, claro, de no detenernos en ningún recodo del camino...
Más allá pues de lo que "dicen". El silencio redime y salva. Es seguro que no escucharemos lo que no queremos...

Alberto E. Justo

domingo, 11 de octubre de 2015

Si te animas...

Nada más oportuno que el buen ánimo y esa "fortaleza" que brota del corazón "empeñado". Es posible el desafío y estamos siempre invitados a no caer en descorazonamiento alguno...
El "desierto", tantas veces invocado, es -desde luego- mucho más que "desierto" y mucho más de cuanto podamos imaginar o representarnos. Hay algo, o mejor: hay "Alguien" que es y que está, cuya presencia es cada vez más intensa y más inmediata... 
No hemos de trazar fronteras, sino acoger, recibir y cerrar los ojos, abriéndolos hacia lo alto...
Que el buen ánimo, pues, levante nuestras horas y nuestros pasos. No es necesario definir ni dar explicaciones ociosas. Con sencillez volvamos sin cesar a casa, donde el Padre nos aguarda a cada instante.

Alberto E. Justo

jueves, 8 de octubre de 2015

el camino no se cierra

Queridos amigos, los tiempos quedan trascendidos cuando avanzamos con confianza por la única senda, la senda de Dios...
Aunque no podamos sospecharlo la luz nos alumbra y nos lleva, es decir: está en nuestro corazón en una medida siempre mayor.
En efecto, lo más inmanente es, también lo más trascendente, y el misterio, superándonos, nos abarca y nos transforma...
¡Claro! No sabemos cómo y esto no es necesario, no es necesario -en efecto- satisfacer curiosidades sino dejarnos transfigurar más allá y más aquí que cualquier ilusión...
Nos sumergimos en el secreto del Padre, en el secreto del Ser. La Verdad siempre resplandece, sin fronteras, en el Centro de nuestro corazón, de nuestro espíritu. Seguimos -pues- sin dudar y en confianza por los derroteros del Desierto. 

Alberto E. Justo


jueves, 16 de julio de 2015

altura escondida

He salido y salgo de cualquier lado... Pero mis pasos me llevan a "otra parte" que era (y que es) más que lugar. Salí, pues, de donde estaba. Al parecer "salir" comporta partir hacia afuera. Pero aquí se trata de partir hacia "adentro". Un "adentro" que es mayor que cualquier espacio... Porque ayer salí hacia otro lugar y hoy salgo de donde sea para adentrarme en el corazón. Ayer partí hacia afuera, hoy parto hacia adentro...
Camino que supera toda imagen, camino admirable y único, que es profundidad y no se percibe desde afuera, que es silencio, que es soledad.
¿Una nueva montaña a escalar? Sólo un pequeño instante y apenas una mirada. Lo que parece lejano es -con frecuencia- lo más inmediato... Cuando no pienses estarás más allá...
¡Cuánto aspira y suspira el hombre por superar las fronteras! ¡Cuánto ahogo en esos ámbitos estrechos, aquí y allá!
Aprende, en cambio, a contemplar en la rosa el cielo, en el instante la eternidad.

Alberto E. Justo


donde Dios nos encuentra

Las horas que pasan
son las horas que quedan...
El corazón que clama
más allá de sus fronteras...
Vivimos, en realidad,
donde no nos parece "estar",
donde nadie sino Dios
en verdad nos encuentra.
Corazón que ahonda
en profundo abismo...
Corazón que Es abismo y fuego...

Alberto E. Justo

lunes, 13 de julio de 2015

sufrimiento inexplicable

¿Aceptar lo inaceptable? Es propio del peregrino trazar su sendero y abrazar el misterio que lo esconde... ¡No rechazar jamás el "misterio"! Bendecir con convicción lo que no logra abarcar... Nada tan sublime como bendecir... Aunque deba "resistir", según su vocación, en pruebas y luchas insospechadas...
El "misterio" es voz y es armonía en un silencio que no tiene confines.
No importa dónde se encuentre el peregrino, tampoco han de detenerle los tropiezos o las incomprensiones...
Las "aprobaciones" del mundo comportan alejamiento de Dios... El mundo no está ahí para justificar nada, y menos para aplaudir a nadie. Por el contrario, aunque no se manifieste así, lo propio del mundo es "rechazar" y engañar.
Vuelva, el peregrino, incesantemente al corazón. Aunque no pueda explicar ni explicarse...

Alberto E. Justo


el rostro verdadero

El que no vemos ni se ve... Es la faz de dentro, que se descubre cuando todo calla, cuando inunda el silencio brotado del corazón...
Cuando no hay nada... ¿Se atreve el peregrino a hendir nuevas sendas en pos de una plenitud que no puede sospechar?
Una después de otra desaparecen figuras tal vez soñadas. Una y otra vez nos hallamos ante lo que no podemos abarcar, ni definir, ni medir, ni pesar... Pero es allí donde todo se abre. Es allí donde resuena la "música callada", allí se revela la honda realidad...
¿Es necesario hacer algo, o acelerar no sé cuál proceso para obtener algún resultado? Es seguro que no. Lo propio es dejarlo todo en reposo, en ese desprendimiento fecundo que acontece "más allá."
Reposo y encuentro inefable en la Mirada de Dios... El Ojo de Dios que nos ve es el mismo con el que nosotros lo vemos... Así el Maestro Eckhart, así el secreto admirable de todos los días y de todas las horas...

Alberto E. Justo

a pesar de la necedad...

La "aurora" no está "retrasada" porque acontece más allá. No son las falsas "visiones" ni las ilusiones las que nos entregan la luz auténtica... Nos parece, en tantas y en tan variadas ocasiones, que es allí o más allá, que es necesario y urgente corregir esto o aquello, pero lo que "parece", simplemente, no es...
¿Se trata, entonces, de inventar "otra" fantasía para oponer a ésta que hoy nos falla?
La clave está escondida pero es verdadera y no engaña. ¿Puede, el peregrino, separarse, desprenderse de su propio antojo o admitir que cualquier ocurrencia, justificada como sea, carece del valor imaginado?
Nosotros "aguardábamos"... Sí, sí, porque siempre resuena aquello de que "mi poder" está justificado, o el de otros, que lo mismo da.
La clave está en "despegarse", soltar reparos o ideologías que tuercen o fuerzan la realidad... ¿Es posible "forzar" la realidad?
Lo más profundo se halla en lo... "profundo", no en la superficialidad del "activismo" de moda.
La respuesta es: SILENCIO. El hombre ha perdido el gran "poder" de "callar", de no intervenir "desarreglando". El gran poder, en suma, de desaparecer de las lides inútiles a fin de sumergirse en la verdad del corazón, siempre más hondo, siempre más real.
Es claro que la "prudencia" necesita de la "historia" y que la ignorancia causa infinitos males...
Por eso el silencio, la meditación y la plegaria son el respiro del bien obrar y la mejor respuesta a la necedad y a sus argumentos.

Alberto E. Justo

lunes, 15 de junio de 2015

Lucha en la soledad

En efecto, no hay "fuerzas" competitivas... Con frecuencia nos imaginamos una lucha con contrarios bien definidos u objetivos también precisos... Pero esto "otro" es secreto y escondido.
El peregrino no encuentra apoyos, parece que no los tendrá, que su tarea o misión se desdibuja en los espejismos del desierto sin confines...
No se trata de enfrentamientos sino de un Misterio que halla su hondura siempre más allá, donde el solitario no sabe.
Las respuestas son, sin embargo, elocuentes. Brillan en un horizonte puro y despejado. La Luz no es avara y en sólo un instante despeja las alturas y nos levanta por encima de cuanto pudiéramos soñar...

Alberto E. Justo


Lucha y paz

En la hora presente, como en cualquier otra, se manifiesta un hecho ineludible: la peregrinación en la que estamos empeñados constituye una lucha, comporta esfuerzo y paciencia y, desde luego, el coraje -¡tantas veces!- de aceptar injustos rechazos. El secreto es hondo y admirable: ser uno con Aquél que vino a los suyos y los suyos no lo recibieron. Caminar como los antiguos, sin dudar en nuestros pasos, porque seguir las sendas por las que vamos comporta una paz más alta (si podemos decirlo así). Pero es claro que esa "paz" no es la del mundo ni la que pretenden ofrecer los que ambicionan el dominio o cualquier forma de poder. La paz verdadera sólo brota y vive en el corazón, en el centro, en el silencio, en la contemplación bendita. ¿Arrojo? Desde luego: no hemos de dudar ni ceder. Pero con la firme convicción de que todas las conmociones de este mundo no pueden apartarnos ni distraernos siquiera de nuestra vocación contemplativa.
Es inmensa la interioridad y no sabe de confines...

Alberto E. Justo


viernes, 5 de junio de 2015

Las Horas del "desengaño"...

Es posible -siempre- ir más allá. No pertenecemos a ninguna estructura ni ansiamos asfixias del color que sean. El peregrino descubre su "lugar", aunque dude, aunque demore, aunque la angustia quiera detenerlo.
La verdadera Filosofía es un "modo de vida" y en esto todos somos filósofos: cuando nos elevamos por encima de tantos planos engañosos que parecen cerrar los caminos con pendientes que no existen.
El hombre es capaz de descubrir su camino y seguirlo, aunque ciertas circunstancias pretendan echar sombras y confundir el panorama.
Es preciso y urgente -¡tantas veces!- negar la sandez y las necedades y adoptar una actitud coherente a fin de no caer en lugares comunes y en errores a la moda. Los apresurados ignoran la historia y el castigo que trae consigo semejante ignorancia, tantas veces voluntaria y culpable.
Busque el peregrino siempre más hondo, la "profundidad" es su destino y su morada. Viva con coraje, según su conciencia, y no repita "tonterías". Bastante abundan ya...
Fe, Confianza y Paz...

Alberto E. Justo

sábado, 23 de mayo de 2015

No repetir tanto: Ser

No te detengas en palabrejas ahora. No seas, esta vez, profesor de filosofía sino filósofo... Sólo abandónate en tu camino sin titubear. Tú haces ese camino tuyo en Aquél que te guarda y te lleva en Su Corazón. No temas, ni vaciles; no dudes y no pienses... Lejos de todo y de todos, muy cerca, inmediatamente, de Dios.

Alberto E. Justo


A pesar de las confusiones

Y no son tantas... Porque a pesar de contrariedades y oscuridades existe, en todo, una sencillez originaria que, en todo caso, es el auxilio y la guía para todo discernimiento.
Oímos y vemos, se dice y no se dice... ¿qué más da? ¿Quién "tiene" que comprender? ¿Los que suben, los que bajan, los que van, los que vienen?
Hay una luz que no se apaga, una llama que siempre arde, una hoguera que no se consume, un fuego que no se apaga... Todo ha llegado silenciosamente, constituyendo nuestra morada. 
¡Despréndete pues de todo, no te detengas en este paraje! El paisaje no tiene fronteras, el Cielo tampoco conoce límites...
No importa esto, no importa aquello. El Espíritu es nuestra vida y nuestra morada. Sumérgete en el Silencio... Paz.

Alberto E. Justo


martes, 17 de marzo de 2015

un "desierto" de mediocridad

Ante el "imperio" de la... "necedad", en edades de "torpezas". En fin, el peregrino se pregunta, el hombre se interroga, -¿qué debe hacer?
Es importante responder muy rápido: -nada. Sí, porque se "hace" ante motivaciones o causas o situaciones de "valor". Entonces es preciso obrar con convicción. Pero en las zonas tenebrosas que escapan incluso a la racionalidad... es necesario callar y "seguir". Es lo que Virgilio dice a Dante, ante los gritos de los mediocres, al inicio de la peregrinación infernal: "non ragionam di lor, ma guarda e passa". No te detengan, no pienses, no consideres... simplemente mira y pasa de largo. Es decir: "sigue" sin vacilar. A pesar de los gritos, a pesar del ruido, a pesar de los "aparatos", a pesar de las noticias...
¡Ah, hermano, aprende a valorar tus pasos y el camino que trazas! Es único por gracia de Dios y vale -¡vaya si vale!- a pesar de lo que parece amenazar...
Simplemente sigue, en paz.

Alberto E. Justo

lunes, 16 de marzo de 2015

Pequeña voz, escondida llamada

Reconocer y sumergirse en el corazón es mayor que todas las "obras" que puedan realizarse en esta vida. ¡Quien pueda y quiera entender, que entienda!
Presta atención a lo que ya llevas... Desde hace tanto tiempo...
¿El signo? Aquello... Todo lo que no cabe en signo alguno.
Quisiera ver más de lo que he visto, quisiera ver más de lo que veo, oír lo que no se oye por esas rutas sin confines...
Pero todo eso que deseo no se halla donde sospecho. Sólo el "abandono" me lo entrega en lo escondido del corazón.

Alberto E. Justo


Ingreso en el desierto aún no conocido

En efecto, el "desierto" ni se define, ni se ubica... Se descubre cada vez... El corazón no sabe de estructuras ni de maneras...
Quizá el lenguaje deba independizarse cada vez más... Pero no diremos nunca lo que supera toda expresión.
¡Deja -pues- esta casa en ruinas y lucha por otra (que es la de siempre) y que descubres en tu corazón!
Siempre será posible "ir más hondo". Más alto y mucho más alto... Las "estructuras" oprimen solamente un pequeñísimo lugar. El error consiste en otorgarles una influencia de la que carecen. Porque, en realidad, estamos muy lejos y manoteamos estúpidamente por estar cerca... ¡Curiosidades tontas y vanas!
La obsesión por la "actividad" es grotesca y torpe. Soslaya la dimensión espiritual de la persona y acaba por transformar la vida en "administración" y la sustancia en "método".
Hoy por hoy se "contempla el dedo que señala la luna."

Alberto E. Justo

¿Deseo?

Nada satisface nuestro "deseo"...
Día a día se apagan las luces, que se las tenía por nuevas y duraderas... Cuando esto así acontece es necesario detenerse al menos un instante, escudriñar en el corazón y abismarse en la quietud pequeña, dar tiempo al respiro y no encerrarse en razonamiento alguno.
Sólo mirar y embelesarse con lo que aún no vemos, sólo gustar lo que ya está llegando. Y dejar..., continuar el camino con la certeza de que algo nuevo nos ha levantado esta vez.
Atiende, pues. Inclínate a la voz profunda... ¿De dónde viene? ¿Es sólo silencio? ¿La "voz profunda" es silencio?
¡Deseo atender para que "esa" voz me seduzca por fin y me levante con Ella!
Pero ¿hay una voz o es puro deseo mío? ¿Qué es -ahora- este deseo, que no puede expresarse de ningún modo? Si no encuentra palabra ni canto en el pesado subsuelo que imagino...
Es, entonces, el momento, el instante, la ocasión: de sólo ATENDER, de recibir, de acoger..., de contemplar sobre toda visión, siempre más allá.
Ver más allá... ¿Es demasiada audacia, exagerado sueño?
¡Ah, el sueño!
De camino en luminoso sueño...
El sueño se recibe, no se inventa. El sueño llega como el viento, como el soplo que no tiene fronteras...
No, no puedo fabricar mi sueño y tampoco parece que lo quiera...
Pero, ¿es un sueño?
Sí, ¡claro! es que viene... Es que llega... Ya está aquí. ¡Siempre estuvo aquí! Sólo arriba lo que estuvo siempre.
A nosotros la audacia de afirmarlo... ¿Por qué no? Lo que hoy quiero lo he tenido siempre, y si no... jamás lo quisiera.

Alberto E. Justo

sábado, 14 de marzo de 2015

esperanza

Las horas que se suceden... "O beata solitudo, O sola beatitudo!!!!"


















sábado, 7 de marzo de 2015

En la lucha por la soledad

¿Luchar por la soledad? ¿Luchar por la realidad más allá de los oscuros espacios de este mundo en caída?
La pregunta suena como una ironía. Lo que suponemos siempre es que hemos de procurar, con trabajo y fatiga, los "lugares" en este mundo. Pero hoy no es más así... Hoy las "sombras" enemigas avanzan y no perdonan los ámbitos de paz, y, sobre todo, no toleran a quienes reciben esta incomparable vocación, que llamamos "contemplativa". No la toleran, quizá porque no la pueden aceptar ni, desde luego, comprender.
El llamado a la contemplación, en esta peregrinación, es la cima de la vida. Y no es posible soslayar ni olvidar este verdadero imperativo al cual, en ningún caso, podemos renunciar o ignorar.
El primer error a evitar es encerrar la vocación contemplativa en instituciones o centros ya preparados y supuestamente idóneos. La vocación es personal y profunda y nadie ni nada puede apartar de ella. Habrá "lugares" más o menos favorables, habrá escuelas y experiencia de sabios... Pero todo ello es marginal.
El "llamado" es directo, como un potente rayo de luz que se enciende en el horizonte y sólo reconoce aquél que es destinatario de semejante visión.
El peregrino queda irremisiblemente "herido" y llevado muy por encima de los estadios de este mundo.
La lucha es ahora el "desasimiento" y el olvido, aún de lo que más mortifica, aún de lo que -aparentemente- más atrae en las jornadas presentes, en los almanaques de moda.
La senda pasa por el Huerto de los Olivos y es éste un misterio que el viandante ha de vivir. Es "su" monasterio, su claustro de silencio y de oración, velando con Aquél, que sin cesar se manifiesta aún en el dolor y el desengaño. Es esta la "soledad" más alta, directamente, sin caminos, sin tiempos, sin espacios...

Alberto E. Justo



viernes, 6 de marzo de 2015

las fatigas del camino

Y, sin embargo, hacemos el propósito de no desanimarnos y proseguir la peregrinación que continúa.
Pero hay algo nuevo: en el verdadero "desierto interior" no estamos encerrados en "oasis obligatorios", ni llevamos insignias de ninguna clase... El "hombre del desierto", el solitario sin ficción, no sabe de dependencias y no se escandaliza de la necedad imperante... Simplemente va por su camino, ese camino que él mismo traza, y que resurge siempre nuevo en la senda bajo sus pies.
Las "organizaciones" desorganizan y ahogan: requieren anotaciones infinitas y la estupidez de los que aplauden. Pero no hay que mirar "dentro" de ellas... Es preciso huir hacia adelante sin vacilar.
El error será siempre el mismo: atemorizarse por las fatigas y los sinsabores. Nada de eso... Firmeza en el corazón.

Alberto E. Justo


martes, 24 de febrero de 2015

La Luz en tu corazón no engaña...

Déjate iluminar aunque la luz exterior no parezca dispersar las tinieblas... No temas y sigue tu camino con valor... La vocación contemplativa quizá requiera un coraje nuevo, ahora mismo cuando sufre el desprecio o la ignorancia de tantos...
Los valores no dependen de los aplausos o de las aprobaciones ruidosas: esas que siempre "dejan bien." Si quedas en soledad, si nadie quiere "entender" ¡no importa!
Aquí estamos en esta soledad dichosa cuyo resplandor no conoce fronteras y cuyo silencio único penetra hasta las entrañas...

Alberto E. Justo


Recuérdalo otra vez y mil veces: -no temas

Ya sabemos que la prueba del "desierto" es habitual... ¿Qué pretende el "tentador"? Pues que aproveches el "poder" que tienes de transformar las piedras en pan... La respuesta de Nuestro Señor ha de resonar siempre en nuestro corazón y no temer... Vivimos de la Palabra de Dios. Vivimos de Él y, por tanto, sin temor. ¿Puede disminuir el Amor de Dios? Dios "no es muda".

Alberto E. Justo


sábado, 21 de febrero de 2015

Siempre amanece, aunque esté nublado

Quizá nos quedemos encerrados algunas veces, sin posibilidad de tomar aires nuevos (o viejos), sin derroteros o sendas para andar. Esto puede ser muy frecuente en las horas que no dejan respiro o que repiten las mismas "melodías" o vuelcan las copias de dichos pasados en la frialdad de un papel muerto...
Pero la realidad no es esto que leo con mis sentidos quizá turbados. La realidad no es lo que llega sin aureola o sin profundidad. No, no es lo que estoy viendo o padeciendo ahora, porque lo REAL siempre está escondido y respira muy hondo donde no acierto a imaginar y mucho menos a encerrar...
Sí, lo REAL. Miras para un lado o para otro y nada distingues y hasta puedes quedar sumergido en algún sueño. Pero, es preciso descubrir lo REAL más allá de cualquier desengaño o desesperación o desilusión. Porque esto que me aprisiona, esto que me limita no es mi camino ni "el" camino.
Nada ni nadie nos detiene. La "aspiración" profunda en la plegaria, en la vida, es "soplo" de Dios. En un sólo instante, en menos de un instante, por gracia del Altísimo descubrimos lo REAL y desvelamos el corazón más allá de las fronteras repetidoras y asfixiantes.
Siempre amanece... Más alto que el sol y todas las estrellas y más cerca que cualquier inmediatez imaginable o no. 
Sigamos, pues, nuestra peregrinación, que no estamos aquí ni más allá...
"¡Señor, mándanos ir a Tí caminando sobre el agua!"...
¡Hombre de poca Fe nunca dudes!

Alberto E. Justo


sábado, 14 de febrero de 2015

Un "sentido" más profundo...

Sí, en efecto, un sentido más profundo: ¡búscalo! Está ahí no más...
En suma, no hemos de prestar atención a los infinitos rumores que el mundo desata e invaden nuestros sentidos externos, hasta crear una insoportable ambientación. Ésta es falsa, cuasi inexistente, y se afirma en ilusiones cuanto más consideramos o analizamos su sinrazón...
Incluso en los medios que parecen más inmunes abundan... Muchas veces son los más dañinos aquellos que parecen los más "piadosos". Y esto es fruto de experiencia y de dolor también. Por eso el alma contemplativa ha de aprender, a pesar de los que fuere, a no-oír, a no-atender, a pasar de largo, a sonreír y, sobre todo, a olvidar.
No existe vacío alguno que nos ofrezca una zona de fuga... Existe el honor y la dignidad de la vida que descubre y adhiere a la verdad, desprendiéndose de las necedades y de las menudas ambiciones que turban los mejores pasos.
Repito, los medios peores, los lugares peores, los ámbitos peores, son aquellos que, con frecuencia, se tienen por mejores, ya que éstos últimos, no hacen más que "lustrar" apariencias y llenar planillas y requisitos para sus antojos y menudencias. ¡El mundo es vano y , por tanto, pequeño! ¡Fuera de él, pues!
Y las "malas plantas" también crecen y se desarrollan cuando se pretende obrar en nombre de Dios y no se hace otra cosa que cultivar el "ego" más estúpido.
¡Adelante, en silencio y en paz! La oración más profunda es la que menos se nota y el sentido más alto es el secreto... "la piedrecita blanca que sólo conoce el que la recibe"!

Alberto E. Justo

sábado, 7 de febrero de 2015

Y, sin embargo, el mundo persiste...

Siguiendo nuestro camino salimos al desierto, que a todos nos toca de alguna manera. El "mundo" es lugar de "lucha" y de "prueba", es el lugar de la "historia" de salvación y de "elevación"... Por eso mismo es la hora del "descenso". Descenso que resulta una "elevación" en la participación misteriosa de la "Hora" el Señor.
Ahí están los sonoros gemidos de un clamor incomprensible para la simple historia de todos los días. Quizá nos desvele tal contradicción y tal desvío, que tanto abundan en estos como en todos los tiempos. Pero el "sentido" profundo no se halla por las sendas de ninguna desesperación ni de la "duda". El sentido profundo aparece cuando nos dejamos "levantar" por el Señor hasta el secreto de Su Corazón.
Sea cual sea el asedio del mundo este será siempre extraño para quien adhiera al Señor y se haga "un" espíritu con Él. Es una paradoja: en la misma medida en que recibimos con confianza la noche nos despertamos a la Luz que no tiene ocaso.

Alberto E. Justo

miércoles, 4 de febrero de 2015

Más allá del pensamiento...

Sí, en lo más "íntimo"... Recógete en el silencio...
Un día piensas que debes hacer esto o aquello. Acabada la semana te arrepientes y te reprochas: -debí cambiar de ruta a tiempo... Una vez una cosa, otra vez otra, y así sucesivamente sin sucesión que aclare nada...
¿Qué cambia? ¿Estás aquí o estás allí? O... ¿dónde estamos? Alguien ha dicho, con toda razón, que el hombre tiene vocación de "infinito". El infinito es la vocación del hombre... Es cuestión, pues, de superar y de estar como si no estuviéramos o de hacer como si no hiciéramos.
Nos angustiamos por si somos de un color o de otro. Nos avergonzamos o porfiamos por depender cada vez más de cuanto ha de perecer... San Juan de la Cruz decía a los frailes que vivieran en el convento como sino estuvieran allí: "Para venir a ser todo, no quieras ser algo en nada" (Subida I, 13). Toda "condición" ha de ser "superada" espiritualmente...
Con la siempre nueva alegría de la "elevación" insospechada, con entera confianza en Aquél que es la Vid, el Camino y la Verdad y la Vida.

Alberto E. Justo

martes, 3 de febrero de 2015

¿Vida pequeña o vida grande?

Cuanto más pequeña es mi vida, más grande es Dios en ella. Cuanto más grande es Dios, y más pequeño yo, más grande soy en Él. Si es que podemos hablar así, con un lenguaje que ni siquiera es aproximado...
Pero algo queda dicho. En efecto, no es cuestión, nunca lo es, de medir nada... ¡Todo es simple y directo! Y la Esperanza no versa sólo en que advenga esto o aquello, sino en lo que en efecto es, por gracia de Dios...
Y nuestra vida es en Él. Y Él vive en nosotros...

Alberto E. Justo


lunes, 2 de febrero de 2015

¡Señor, aumenta nuestra Fe!

Que esta plegaria se renueve incesantemente en nuestro corazón... "¡Bendita Tú porque has creído!" Que esta bienaventuranza a María se renueve también en nuestra meditación cotidiana...
Deja que el Señor encienda tu mirada por encima de todo. Puede gestarse en la oración, y en toda la vida, este enlace y vivencia suprema: abrazo de Fe y de Esperanza en la Caridad de Dios. De aquí brotará una confianza y una salud nuevas, tal vez inesperadas, pero presentes y actuantes en el secreto, en ese respiro escondido que no cesará jamás.

Alberto E. Justo


miércoles, 28 de enero de 2015

más interrogantes

No acabaríamos nunca de... preguntar. Pero las cuestiones aparecen y no aguardamos con paciencia.
Nos preguntamos: -¿a qué grupo pertenezco? O bien: -¿Cuál es mi "círculo", cuál "mi" institución, cuál mi organización? O, también: -¿quién es "mi" jefe, quién resolverá mis dudas, quién me dirá lo que debo hacer? Y así, mil veces. Sobre todo cuando una confusión grande nos deja perplejos y sin remedios rápidos.
Es claro que es lo propio de la vida y la ventaja de lo "cotidiano" discernir y enderezar, mil veces si es necesario, el camino y el trayecto. Nada extraordinario hay aquí.
Pero el peregrino descubrirá, sin duda, que su destino es más alto y que no existe institución humana que pueda eficazmente "contenerlo". Siempre hay más.
Porque lo que verdaderamente somos es secreto. No se puede conceptualizar ni encerrar en términos estrechos. Pretenderlo comporta perder inmediatamente el horizonte que se abre en nuestro corazón.
La "vocación" última y verdadera, esa que resuena desde el principio, desde siempre, supera cualquier medida o cualquier discurso o expresión... ¿Estamos dispuestos a aceptar el Misterio y el silencio del secreto inefable?
Es un "secreto" que no tiene "fin", es, pues, "infinito". Sigamos más allá de nuestros pasos sin temor. Es el secreto del Padre...

Alberto E. Justo


jueves, 22 de enero de 2015

No temas...

No temas... Porque Dios está aquí... ¿Sabes? No tienes que conquistar esos horizontes imaginados... Déjate conquistar tú, en silencio, en confianza y en paz. ¿Pretendes un camino "único"? ¡Pero si es éste, precisamente, el que vas siguiendo! No está detallado en ningún diccionario ni hay tratado alguno que lo anuncie. Nada de eso. Simplemente ya es, ya lo sigues, está enraizado en el "Secreto" que "sólo el Padre conoce, que sólo el Padre ve..."
¡Hondura admirable! ¿Qué más puedo decir?
Es verdad que tienes vecinos difíciles. Es verdad que no te comprenderán, que te quedarás perplejo ante lo inesperado, ante lo "inaceptable". Todo eso es verdad, todo eso ocurre... Pero el camino, tu camino, tu vida, es MÁS ALLÁ. O, si quieres por encima o por debajo, porque no cuentan las insolencias de los tiempos, ni los ruidos de las ruinas cada vez más derrumbadas.
Déjate levantar en las alas del Espíritu. Tu vida es el Espíritu. Y más todavía, que no lo sabremos decir.

Alberto E. Justo


domingo, 4 de enero de 2015

Silencio y "sonidos"

¿Qué es el sonido, qué el "clamor"? Eso que ahora oigo ¿es simplemente "ruido"? ¿Qué es lo que oigo? ¿No será el clamor del mundo que suplica una plegaria? ¿No será el gemido sin fronteras que pide misericordia? ¿Y que no lo sabe ni lo sospecha? ¡Tantos son los que ruegan sin saberlo, y de cualquier manera!
Las "cacofonías" no impiden el silencio... Por el contrario, la soledad y la angustia de tantos, en un mundo descompuesto y desacompasado, se expresan con terribles y dolorosísimas "inflamaciones"; como la "irritación" y la angustia de órganos sufrientes que claman piedad.
Hay una relación escondida y fecunda entre el silencio de Getsemani y el clamor que ruega piedad y misericordia...
La "Oración de Jesús", oración monástica por excelencia, nos ha de "revelar", de algún "modo", la hondura del misterio y de nuestro cotidiano padecer.
La enfermedad no dominada es otro clamor de los hombres, que sufren y que sufrimos en el mismo "Huerto" del Señor.
Es el "peso" de la humanidad, el "peso" de la Cruz que participamos, que podemos participar gloriosamente, por la gracia, en el Único Misterio de la Encarnación.
Orad y velad en la hora del Misterio. El silencio es siempre nuevo... El silencio en verdad no calla. El clamor resuena en el silencio: no lo interrumpe, lo revela... El silencio nos canta el clamor, el clamor se transforma en silencio...

Alberto E. Justo

viernes, 2 de enero de 2015

el valor de lo que no se sospecha

Se ha roto nuestra balanza... Nos es muy difícil pesar o medir. Sin embargo podemos muy bien "recibir", sin comentarios, ni reclamos; sin atender, con brusquedad, el valor contingente de tantas cosas.
No sabemos "lo que recibimos". Dios da y da más allá de esas estrellas que nos fascinan y que se apagan siempre.
Nada llevamos que pueda competir eficazmente y otorgarnos sensaciones de triunfo o de victoria. En efecto: "nada sobre nada". Nuestra "biografía", labrada y tallada por la gracia divina, no se asemeja a nada, sino que es, ella misma, portadora de un valor incomparable, único, que sólo a Dios corresponde.
Sí, la vida del hombre es un misterio insondable y, contemporáneamente, inmenso regalo de Dios...

Alberto E. Justo

jueves, 1 de enero de 2015

delicadeza...

Quizá podamos traducir "agape" también con la palabra "respeto". Porque asombro contemplativo y respeto se vinculan en la Caridad. Hemos olvidado la hondura y la delicadeza que brotan del Corazón de Dios.
Cortesía y coraje no se oponen: se precisan. Porque el amor se expresa con valor y constancia, y la pureza y altura en el trato son propias de la caridad.
Nos invitamos, pues, a descubrir en el silencio esa "delicadeza" que siempre lo acompaña...
La vocación contemplativa excluye la torpeza y se afina en el Espíritu que habita en nuestro corazón.

Alberto E. Justo