jueves, 1 de enero de 2015

delicadeza...

Quizá podamos traducir "agape" también con la palabra "respeto". Porque asombro contemplativo y respeto se vinculan en la Caridad. Hemos olvidado la hondura y la delicadeza que brotan del Corazón de Dios.
Cortesía y coraje no se oponen: se precisan. Porque el amor se expresa con valor y constancia, y la pureza y altura en el trato son propias de la caridad.
Nos invitamos, pues, a descubrir en el silencio esa "delicadeza" que siempre lo acompaña...
La vocación contemplativa excluye la torpeza y se afina en el Espíritu que habita en nuestro corazón.

Alberto E. Justo