Este deseo se manifiesta con harta frecuencia y no sabemos muy bien de qué se trata. El Señor llama, golpea delicadamente la puerta de nuestra morada, de nuestro corazón; y no acertamos a responder adecuadamente porque no nos atrevemos a verlo sin más, con suma simplicidad, presente ( y más que presente ) en nuestra vida.
La explicación de tantas inquietudes y sufrimientos está en este secreto que todo lo llena... No nos damos cuenta de la Realidad mayor, del regalo y de la misma presencia del Señor... No podemos describir, ni definir, ni tratar... Dios está aquí para cada uno y en cada uno, en modo inefable, en "modo sin modo", en una plenitud que supera cualquier figura o imagen o lo que se quiera.
Nada falta, nada falta. Porque todo es en Él y porque Él nunca falta y está presente en todo y siempre. No pretendo definir ni explicar, ni hacer más "claro". Basta dejarse alcanzar y unir en el corazón. Que esta música sublime, "que es de todas la primera", no se nuble por culpa y responsabilidad de una errónea atención nuestra a las falacias de esta mundo que pasa... Nuestra vocación y nuestra vida es la Eternidad, y ya la hemos recibido en sobreabundancia. Por eso repetimos el Nombre Santísimo: "Señor JesuCristo, ven Señor Jesús...
Alberto E. Justo
martes, 30 de septiembre de 2014
jueves, 25 de septiembre de 2014
A pesar del silencio y gracias a él, continuamos en breve...
A mis amigos lectores: en breve continuaremos con nuestras reflexiones. La meditación no se detiene y, mucho menos, nuestra plegaria...
Desde el Desierto, en el Desierto, proseguimos nuestra peregrinación...
Alberto E. Justo
Desde el Desierto, en el Desierto, proseguimos nuestra peregrinación...
Alberto E. Justo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)