¿Aceptar lo inaceptable? Es propio del peregrino trazar su sendero y abrazar el misterio que lo esconde... ¡No rechazar jamás el "misterio"! Bendecir con convicción lo que no logra abarcar... Nada tan sublime como bendecir... Aunque deba "resistir", según su vocación, en pruebas y luchas insospechadas...
El "misterio" es voz y es armonía en un silencio que no tiene confines.
No importa dónde se encuentre el peregrino, tampoco han de detenerle los tropiezos o las incomprensiones...
Las "aprobaciones" del mundo comportan alejamiento de Dios... El mundo no está ahí para justificar nada, y menos para aplaudir a nadie. Por el contrario, aunque no se manifieste así, lo propio del mundo es "rechazar" y engañar.
Vuelva, el peregrino, incesantemente al corazón. Aunque no pueda explicar ni explicarse...
Alberto E. Justo