En efecto, no hay "fuerzas" competitivas... Con frecuencia nos imaginamos una lucha con contrarios bien definidos u objetivos también precisos... Pero esto "otro" es secreto y escondido.
El peregrino no encuentra apoyos, parece que no los tendrá, que su tarea o misión se desdibuja en los espejismos del desierto sin confines...
No se trata de enfrentamientos sino de un Misterio que halla su hondura siempre más allá, donde el solitario no sabe.
Las respuestas son, sin embargo, elocuentes. Brillan en un horizonte puro y despejado. La Luz no es avara y en sólo un instante despeja las alturas y nos levanta por encima de cuanto pudiéramos soñar...
Alberto E. Justo