Es posible -siempre- ir más allá. No pertenecemos a ninguna estructura ni ansiamos asfixias del color que sean. El peregrino descubre su "lugar", aunque dude, aunque demore, aunque la angustia quiera detenerlo.
La verdadera Filosofía es un "modo de vida" y en esto todos somos filósofos: cuando nos elevamos por encima de tantos planos engañosos que parecen cerrar los caminos con pendientes que no existen.
El hombre es capaz de descubrir su camino y seguirlo, aunque ciertas circunstancias pretendan echar sombras y confundir el panorama.
Es preciso y urgente -¡tantas veces!- negar la sandez y las necedades y adoptar una actitud coherente a fin de no caer en lugares comunes y en errores a la moda. Los apresurados ignoran la historia y el castigo que trae consigo semejante ignorancia, tantas veces voluntaria y culpable.
Busque el peregrino siempre más hondo, la "profundidad" es su destino y su morada. Viva con coraje, según su conciencia, y no repita "tonterías". Bastante abundan ya...
Fe, Confianza y Paz...
Alberto E. Justo