miércoles, 16 de diciembre de 2015

Y sin embargo es Cristo y sin embargo es Dios...

Llaman a mi puerta... Una y otra vez. En suma, llaman y no sé quien es. En realidad ya, hace un buen tiempo, han llamado, silenciosa y delicadamente, y no he acabado de darme cuenta que todo ha comenzado y finalizado ayer, es decir: hoy, ahora mismo.
"Tú eres mi hijo, Yo te he engendrado hoy." El Salmo recuerda, es decir: introduce en el corazón y despierta a lo que es.
¿Quién llama a mi puerta? "Yo estoy a la puerta y llamo." Desde el principio, en el origen...
¿Ayer? Más que ayer: en el principio que es "ya". El Amor no aguarda. Levanta, eleva...

Alberto E. Justo