En efecto, el "desierto" ni se define, ni se ubica... Se descubre cada vez... El corazón no sabe de estructuras ni de maneras...
Quizá el lenguaje deba independizarse cada vez más... Pero no diremos nunca lo que supera toda expresión.
¡Deja -pues- esta casa en ruinas y lucha por otra (que es la de siempre) y que descubres en tu corazón!
Siempre será posible "ir más hondo". Más alto y mucho más alto... Las "estructuras" oprimen solamente un pequeñísimo lugar. El error consiste en otorgarles una influencia de la que carecen. Porque, en realidad, estamos muy lejos y manoteamos estúpidamente por estar cerca... ¡Curiosidades tontas y vanas!
La obsesión por la "actividad" es grotesca y torpe. Soslaya la dimensión espiritual de la persona y acaba por transformar la vida en "administración" y la sustancia en "método".
Hoy por hoy se "contempla el dedo que señala la luna."
Alberto E. Justo