lunes, 16 de marzo de 2015

Ingreso en el desierto aún no conocido

En efecto, el "desierto" ni se define, ni se ubica... Se descubre cada vez... El corazón no sabe de estructuras ni de maneras...
Quizá el lenguaje deba independizarse cada vez más... Pero no diremos nunca lo que supera toda expresión.
¡Deja -pues- esta casa en ruinas y lucha por otra (que es la de siempre) y que descubres en tu corazón!
Siempre será posible "ir más hondo". Más alto y mucho más alto... Las "estructuras" oprimen solamente un pequeñísimo lugar. El error consiste en otorgarles una influencia de la que carecen. Porque, en realidad, estamos muy lejos y manoteamos estúpidamente por estar cerca... ¡Curiosidades tontas y vanas!
La obsesión por la "actividad" es grotesca y torpe. Soslaya la dimensión espiritual de la persona y acaba por transformar la vida en "administración" y la sustancia en "método".
Hoy por hoy se "contempla el dedo que señala la luna."

Alberto E. Justo