Que esta plegaria se renueve incesantemente en nuestro corazón... "¡Bendita Tú porque has creído!" Que esta bienaventuranza a María se renueve también en nuestra meditación cotidiana...
Deja que el Señor encienda tu mirada por encima de todo. Puede gestarse en la oración, y en toda la vida, este enlace y vivencia suprema: abrazo de Fe y de Esperanza en la Caridad de Dios. De aquí brotará una confianza y una salud nuevas, tal vez inesperadas, pero presentes y actuantes en el secreto, en ese respiro escondido que no cesará jamás.
Alberto E. Justo