La heroicidad en el trabajo es pareja a la heroicidad en la confianza. El peregrino ha de aprender a resistir el asalto de la desilusión y de la desvalorización de las cosas y de las obras, tan abundante en nuestros días. Es que el peregrino tiene una fuerza decisiva que tantas veces olvida o, simplemente, descuida. Es la CONFIANZA y el ABANDONO en Dios DIRECTAMENTE. No hay nada mayor, ni método más eficaz... Arrojarse en los brazos y en el Corazón del Señor, a pesar de lo que fuere y de tantas versiones "diferentes" que se disputan los micrófonos del mundo ensordecedor.
Sabemos que la vida contemplativa no está limitada ni impedida por ninguna circunstancia, porque el verdadero y "Único" Contemplativo es Cristo Jesús y somos contemplativos en Él. Sí, en Él.
También oramos en Él y con Él. Aquí está la hondura permanente de esa vocación e invitación de VELAR con Él.
Tantos piden definiciones y se sumergen en vanas estructuras. ¡Cuántos son los que más confían en sus caligrafías que en Dios! De éstos están llenos los ambientes "religiosos" que tantas veces nos sorprenden por la ausencia de piedad y por el desenfreno de procurar sólo "resultados" y éxitos pasajeros. Porque todo pasa...
Fuertes pues en la Esperanza, que es una Virtud Teologal. Fuertes en la Esperanza que tiende decididamente a la Vida Eterna, con la confianza en el auxilio de Dios.
Alberto E. Justo