¿Y las contrariedades? ¡Qué cuestiones! Tantas veces vacilamos. Es urgente discernir y obedecer a la conciencia en horas de oscuridad y de confusión. Es posible que, en más de una ocasión, nos toque "quedar mal", contradecir lo usual o lo que la mayoría juzga oportuno. Nunca esto fue una... "vergüenza", ni motivo de reproche. Es de necesidad la audacia y el coraje y decir "no", si es necesario, según la recta razón.
Es por ello que ya es hora de meditar más, de prepararse en la virtud de la Prudencia, porque con excesiva frecuencia nos creemos más seguros repitiendo "lugares comunes" o copiando mediocridades o, simplemente, dejándonos llevar por lo más fácil que, tantas veces, es decir: sí, sí...
La fortaleza está, en gran parte, en la "resistencia" y "resistir" puede no ser tan brillante pero, en definitiva, comporta entregar todo a Dios y permanecer en la verdad y en el bien.
¡Atención a las posibles "necedades" y a presiones y a errores, que se presentan con mil justificativos y con los cuales se nos pretende doblegar sin razón alguna! Resistir, pues, con la conciencia limpia y sin temor y confiar en Dios que, siempre, nos asiste directamente.
Alberto E. Justo