Ábrese el espíritu en los ojos de Dios, en su Corazón, en su Misterio. Porque sólo Aquél nos conoce, y hasta esta palabra parece corta e insuficiente...
No escapemos ni desesperemos jamás. "Todo" está "demasiado cerca".
Retoma el cayado y torna sin cesar a casa... Medita y ora sin cesar.
Alberto E. Justo