El abismo interior no halla posibilidad de definiciones, ni de estructuras de ninguna especie. Para aproximarse es preciso atender a la voz, a la Palabra del Señor que nos dice del "secreto del Padre", del Padre que VE en lo secreto, en suma de morar en ese ámbito inefable.
Lo Bello, el Arte y la Poesía, siempre nos enseñarán a "construir", a edificar ese espejo, debiendo reconocer nosotros su inefabilidad.
Que la oración nos conduzca... No olvidemos que la Gracia se "anticipa"....
El silencio dirá lo que no acertemos a expresar.
Alberto E. Justo