Es frecuente que, en determinados momentos, nos encontremos "abandonados" en un "silencio" sin respuestas... Porque, es frecuente también, que las preguntas y los reclamos se sucedan con particular exigencia en las horas de todos los días...
Es entonces cuando sentimos no sé qué vacío, no sé qué gusto a cosa "no realizada" o quizá incompleta, muy distinta de cuanto deseábamos...
Y, sin embargo, despierta, como la aurora, en aquellos instantes, esa fecundidad que nunca acertaremos a medir... ¡Dios nunca calla! aunque así nos parezca tantas veces.
Sí, tengamos presente, no lo olvidemos, el silencio aquí es densidad, promesa y cumplimiento, noticia insospechada... ¡Sí, en verdad HAY Alguien! Y se manifiesta en modo siempre nuevo. El silencio Es MODO NUEVO, ya que permite y abre todas las puertas a lo esencial.
Nunca descuidemos la confianza, ni olvidemos que lo cierto, lo más cierto y firme, no dispone de sistemas, ni de modas, ni siquiera de "estilos" predeterminados.
Aunque el medio sea tan pobre, aunque el papel se quiebre, aunque el tiempo lo deteriore... Resuena siempre inefable la Única Palabra: "Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado Hoy."
Alberto E. Justo