sábado, 3 de marzo de 2018

Si quisieras recoger una lágrima

de esas que caen junto al camino. Yo insisto, búscala, hállala y recógela, sin vacilar. ¡Una lágrima y, tal vez, algo más! ¡Hombre! ¿No sabes ya llorar? ¡Cuánta distancia entre el sueño de ayer y el llanto de hoy!
¿No sabes que tu llanto es poesía nueva e inimaginable? Los más inspirados callan, no se atreven... Y, sin embargo. escriben una página magnífica. Puedes -si quieres- cantar como ayer y como siempre... Canta, pues con la armonía del canto que ya no se detiene. Sé fuerte y valiente. Persevera. Nadie invade tu casa ni detiene tu andar. La vida es hoy luz aunque parezca apagada. Anímate, pues, a encenderla en la Paz.

Alberto E. Justo