¿Manera de vivir? Siempre nos interrogamos por los "modos". Ahora nos hemos de atrever a señalar un grande, muy grande amor. Es claro que nos convertimos en aquello que amamos y el "modo" de vivir se sigue, siempre, de ese grande amor que acaba por raptarnos. Pero el "amor" más grande es aquél que se recibe, que es don, que nos es dado y participado. El Amor que se nos da es el mismo Espíritu Santo. Lo que se sigue es inefable.
La ausencia sensible del Señor es y comporta la apertura a su Presencia... Esto es Vida y Vida verdadera. No es un "modo" de vida, es la misma Vida.
Así, pues, la apertura del corazón no conoce fronteras.
Alberto E. Justo