Aún "suena" el eco del silencio. Quizá una nueva nostalgia; quizá. Pero quitamos el velo a la ilusión cuando caemos en la cuenta de que aún esas "satisfacciones" espirituales son simplemente "creadas." Y nada más. No podemos detenernos en nuestra peregrinación a lo "más hondo", a seguir más allá de cualquier cosa que detenga nuestro andar.
La peregrinación no acaba cuando el consuelo nos visita. El Misterio se abre otra vez, aunque ya nos hallemos en su ámbito. Aún podemos amar más...
Alberto E. Justo