Cuando el Silencio asciende... ¡Cuánto se desvela en la aurora insospechada! Ya no es lo que yo imaginaba o lo que de mil modos podía pretender... Es infinitamente más.
Dad lugar a lo Sublime, abriendo las puertas más allá (o más aquí) de los condicionamientos y de los tiempos...
¡Abismo insondable! Es lo propio del espíritu, lo que recibo en el instante primero del alba, límpido y virginal. Surge y resurge la vida en su fuente, en ese "presente" que tanto olvido.
Quedamos seducidos por los premios rápidos y medidos por los relojes humanos. En cambio es ya la oportunidad y el momento de afrontar con coraje lo que no se "siente", más allá de la "ausencia", donde aparece la única presencia.
Pasa a través de la ausencia. Todo se ha callado y los espectáculos de ayer quedan derrumbados, simplemente por allí, perdidos en brumas inconsistentes. Pasa, pasa aceptando la angustia de que perezcan sin decir nada. Más allá, desapégate y entonces: atiende, escucha el silencio, su intensidad y su lección permanente. No temas. Sigue y nada más.
Alberto E. Justo