¿Puede haber algo más sublime y más deseado que este "llamado" siempre reiterado de Dios?
¿Sabes, en realidad, quién te llama?
Descansa, ahora, en el Corazón de Cristo Jesús y no te apresures a brindarte o brindar definiciones... Ya mismo haz silencio, y aguarda la palabra que ha de llegarte en modo nuevo e inesperado...
Alberto E. Justo