jueves, 6 de diciembre de 2012

¡Unica y Viva Llama!


El peregrino descubre su camino inmanente... Y en la profundidad asciende o desciende, siempre más allá de cuanto alguna vez imaginara. Camino escondido, secreto de Dios, secreto del Espíritu. ¡Es tan hondo que debemos sobrepasar todas las “superficies”! Cuando nos detenemos considerando haber llegado a no sé cuál límite, se enciende una luz detrás de algún muro que ahora comprobamos transparente y sutil. Y entonces sabemos que hemos de pasar también esa frontera.
         ¡Terribles límites a veces! Pero ya sabemos que en verdad no están, no son... En alas pues del Espíritu, en su respiro, que es nuestra vida y nuestra oración.
         ¡Luz siempre nueva! ¡Llama que arde más dentro y más alto, más profundo siempre y que jamás, nunca, se apaga!
         ¡”Llama de Amor Viva”: nuestra Vida!

         Alberto E. Justo