La búsqueda de un método o
procurarse un método no nos parece un camino acertado. El desengaño y el
fracaso tienen, desde el inicio, una función pedagógica e introductoria, diré,
que llevan al desapego, al silencio y a la convicción de ir más allá...
No se ha de temer esa amarga desilusión, que se manifiesta
luego de comprobar la falsedad de los que se tienen por buenos. El derrumbe de
las ilusiones en la hora presente no hace más que confirmar la urgencia y la
validez del propósito de alcanzar otra altura, aun desconocida para nuestros
sentidos desorientados...
Alberto E. Justo