No creas que hemos inventado alguna cosa para esta hora inesperada... Oirás, por ahí, sentencias que pretenden establecer el fin de un tiempo o tal vez de "otro" tiempo... y apuntar con fiereza que llegamos para empezar de nuevo.
Nada de todo eso: nada. Sólo subrayar el sendero ahondando nuestros caminos...
Y es verdad que la humanidad más renombrada ha olvidado, en buena parte, el "señorío".
La fuerza y el valor de perfiles y figuras nobles, que señalan -hoy como siempre- la dignidad jamás perdida del hombre cabal a imagen de Dios.
De esa "calidad", que aún en lo más humano es irrepetible y única, queremos recordar su aureola de belleza.
Pero ¿dónde está en estas horas y lugares? ¿Dónde hallar lo que hoy parece perdido? Estamos persuadidos que lo que parece perdido presente está, sonriendo, detrás de los signos permanentes.
Si quieres encontrarte con tu propia figura, con tu propia y noble figura, rasga con tu espada los velos desconocidos que te ocultan a ti mismo...
Ahonda y ve tu mismo, cuando sospechas que arriesgas tu vida en este mundo. Ya no valen los riesgos. Entra y sigue sin temor... La aristocracia espiritual es una vocación, un llamado insoslayable. Si eres caballero ya tienes trazado tu destino... Sigue no más...
Alberto E. Justo