viernes, 16 de julio de 2010

Desierto inexplorado

En esta hora difícil, con el Señor en sus pruebas, vamos por el desierto inexplorado... Su primera característica es que se trata de un paraje imprevisto e insospechable... No podíamos suponerlo así. No cabe en nuestros sueños, es mayor que todos ellos. Vamos por un desierto que ya no es simplemente de arena o de piedra. Nos hallamos en sus profundidades en abismal soledad. Parecía que no estábamos solos y que se nos negaban mil posibilidades. Y sin embargo hemos descubierto esta senda que no sufre descripciones ni análisis...
Porque nuestra vida, nuestra "conversatio", está ya en el Cielo y nada ni nadie nos puede separar del Corazón de Cristo-Jesús.
El desierto es penoso, pero padeciéndolo, nos damos cuenta de que vamos infinitamente por encima, más allá o "más aquí", y que nuestra vida está "escondida con Cristo en Dios."

Alberto E. Justo