¿Caminar en la Noche? Quizá...
O andar en soledad, aun en medio de multitudes. Nos preguntamos por el eco de
nuestros pasos, por esto o por aquello que pretendimos llevar a cabo o que,
simplemente, no hemos logrado nunca...
Una y otra vez la misma pregunta, una y otra vez reaparece
esa “desolación” que nos parece una derrota, un fracaso. Observamos alrededor
nuestro y no acertamos con lo que verdaderamente ocurre...
Los Santos Inocentes nos regalan una luz no
sospechada... La muerte padecida los
asimila a los mártires... Pero ellos no supieron, no pudieron entender, como
tantos millones de víctimas inocentes, no tuvieron “argumento” ni razón alguna
que esgrimir, no supieron, no alcanzaron a adivinar siquiera...
La fecundidad inimaginable de quienes “no-saben”, de quienes
carecen de un “por-qué”, su silencio, nos anime a seguir, sabiendo que no
sabemos, y confiando cada vez más en la única fecundidad de Dios.
Alberto E. Justo