Una sentencia de Julien Green: "...es Dios quien, en realidad, para cada uno, hace el mundo como si fuera él solo a vivir allí con él." O la ilustración que un sermón de Newman nos da de su propia frase: "myself and my creator": "Nos damos cuenta (progresivamente) que, mientras que el mundo cambia, somos nosotros uno y el mismo: y así, con la bendición de Dios, entrevemos algo de lo que significa nuestra independencia de las cosas temporales y nuestra inmortalidad. Y si ocurre que padezcamos decepciones (como es frecuente el caso), llegaremos a comprender mejor aún la nada de este mundo... y comenzamos gradualmente a percibir que solo hay dos seres en el universo entero: nuestra misma alma y Dios que la ha hecho." (Parochial and Plain Sermons, p.12) Cfr. L. Bouyer "Cosmos" Le monde et la gloire de Dieu. Paris 1982. pp.11 y 21.
Alberto E. Justo