Inmenso es el camino en tu propio corazón... ¿No lo reconoces? Es necesario, desde luego, insistir. La repetición de la misma súplica, de la misma verdad, acaba por instalarse y revela lo que no sospechábamos.
Una y otra vez: el Nombre de Dios... El Nombre que está más allá y por encima de todo nombre, de toda palabra, de toda formulación, o expresión, o lo que sea. Descubrimos un paso, una apertura... Descubrimos esa Aurora que no puede decirse de ningún modo, que no puede reducirse a ningún modo "nuestro". "La causa del Amor de Dios es Dios mismo -decía San Bernardo- el modo: amar sin modo."