Canta el poeta en el centro de su alma... No sabe cómo manifestar su melodía ni cómo escribir lo que se escapa... Huyen los modos, se detienen las palabras, no hay manera de decir, apenas un llanto escondido en lo más hondo... Y, sin embargo, resuena en los espacios sin fronteras, un himno que es incomparable y que no parece necesitar otra cosa que su inspiración secreta.
Es semejante a la oración silenciosa que supera la propia expresión. No pretende textos ni conceptos... Ha surgido y nacido más allá... Y más allá permanece, continúa en nuevas armonías, saltando entre las montañas, sumergiéndose en el mar, ascendiendo a los cielos y besando las estrellas...
No desesperes en los silencios ni en los desiertos... Las flores brotan en cualquier parte. Aunque los "otros" te apresuren... tú reposa y deja. En el Centro todo es misterio y vida nueva...
Alberto E. Justo