Si mucho te detienes en contemplar los lados del camino o te desvías por esos andurriales... Si tus días quedan absorbidos por "preocupaciones" paralelas... Si pretendes quedarte en los "niveles" periféricos de un "psiquismo irredento"... Así poco lograrás y no llegarás a descubrir el campo y el tesoro en él escondido.
No son los cálculos o los "conceptos" los que te darán lo que buscas. Tu corazón se abre hacia otros derroteros que no sospechas y que serán siempre una dichosa sorpresa...
El espíritu viene de lo alto... No se trata de una deducción ni de una noticia "científica" garantizada por nada.
El espíritu es dado. Es el "fuego" que enciende la mecha de la lámpara. La lámpara de bronce es tu cuerpo, el aceite: tu alma. Pero sin el fuego que enciende la mecha quedas a merced de la sombra. Dicho así en el antiguo Egipto. Aún hoy lo repetimos para recordar, para volver al corazón, para descubrir que la vida viene de lo alto y a lo alto regresa a cada instante, cuando se abre al Misterio.
Vuelve a la trascendencia. La vida está allí, le vida es misterio y nada tiene de cálculo caprichoso. Torna a la Fuente... Y no temas.
Alberto E. Justo