¡Señor! He venido a no separarme nunca de tu Corazón. Sólo Tú -Señor- No hay otra "realización", aunque los hombres prometan cosas y cosas. Yo no sé cómo salir de ciertos atolladeros, pero sé muy bien que Tú (y Tú sólo) estás aquí mismo, mas próximo que yo...
Alberto E. Justo