descubrimos una nueva y maravillosa fuerza que nos despierta y nos regala todo el coraje que nos falta ¡tantas veces!
Pero se enciende siempre la luz nueva de un aurora esplendorosa que Dios no nos niega ni nos oculta.
No sabíamos, es verdad, del esplendor de una luz inconcebible... Hoy nos parece difícil y lejana y, sin embargo, nada hay más próximo ni más inmediato...
Horas de paz inefable...
Alberto E. Justo