¿Todo está velado en un secreto más alto y sublime? Anímate a buscar sin temor ni reparo. Sobre todo cuando sabes que el Señor te llama por Su Camino en Su Corazón. Si sabes esto...¿por qué vacilas en esta o en cualquier hora?
No te detengas ni hoy ni nunca. El Señor está a la puerta pero no para aguardar que abras sino para entrar y quedarse. Abre la puerta en silencio y sin temor...
Goza ya, ahora mismo, aquello que no acabas de sospechar. No sospeches: pasa de una buena vez...
Alberto E. Justo