En un cruce de caminos aparece, más abajo, un paisaje nuevo. No sabíamos qué había más allá... Ahora resplandece un..."más acá" sin máscaras ni engaños.
Pero hemos dado con las espinas dentro de una cueva sin luz. Quizá por un error, quizá por desear demasiado. En el fondo brilla la ilusión de hallar el sentido de las espinas y de una oscuridad que no acabamos de entender porque escapa en silencio y en ausencias.
Sólo más tarde, habiendo asumido el sueño, será posible salir y ver. Sólo después, sólo después... La Esperanza se enciende "después".
Porque "después" está la vida y su canto...
Alberto E. Justo