¡Señor! Quien vuelve al corazón te encuentra... No se hallará jamás solo. Decir "corazón" y aún "desierto" es aludir, balbuciendo, a tu Presencia. La "interioridad" no es "vacío". Interior eres Tú. Puedo imaginar la mayor belleza de este mundo y de todo el cosmos... Pero infinitamente más hondo eres y estás Tú. No basta las inmensidad de todos los desiertos, ni la hondura umbrosa de todos los valles, ni la grandeza del mar, ni las montañas, ni la altura del cielo. Tú eres, sólo eres Tú.
Alberto E. Justo